Capítulo 22. "Las profecías"

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Jay contó lo de su visión cuando estaba hechizado, y su encuentro "maravilloso" con la cobra dorada secuaz de su padre. 

Les contó a sus amigos que ésta le dijo dos profecías. Y de como veía que una de ellas indicaba su victoria y otra su perdición.  

Nadie dijo nada después de la explicación del moreno, pues nadie se esperaba que el hijo de Jafar les soltara algo así después de todo lo que apenas estaban tratando de empezar a digerir.

Carlos le dio una mirada rápida a Mal, y aunque tratara de disimularlo, ella estaba completamente afligida por todo. Y sí, aunque todos lo estaban también. Ella debía mostrar fuerza, no debía quebrarse ante todos, porque así era ella, debía mantenerse serena. 

¿Por qué si  no estaba serena, quién lo estaría? 

—Si es cierto lo que dice Jay, entonces podríamos ganar, no está todo perdido. Entonces debe existir alguna manera de romper este encantamiento —Dijo Melody mirando de su amigo VK al hechicero, a quien le temblaba la voz—. La hay, ¿cierto, profesor? 

—No, hasta donde se sepa —explicó el hechicero —. Todos los casos conocidos siempre han terminado con el mismo… trágico final. 

Evie se levantó de su mesa captando la atención.

—Pues la debe haber, Astrid siempre ha estado para todos nosotros cuando la hemos necesitado, no podemos dejarla cuando más nos necesita a nosotros —Dijo ella firmemente—. Profesor, ¿De causalidad sabe quién era el mago que creó ese hechizo?

—Tal vez eso nos dé una pista —comentó Doug detrás de ella. 

Pero la expresión del hechicero no era muy alentadora.

—Lamentablemente, el nombre de ese mago fue olvidado —Dijo Yen Sid—. Cuentan que desapareció luego de ver el hechizo que creó, y sólo por mediante de la copia de este sujeto, demás seres con magia empezaron a recrear este para sus propios beneficios malvados.

—Pero debemos encontrar algo, debe haber algo —dijo Dan muy firme—. No pudo desaparecer el hombre de la faz de la tierra sin haber dejado algo detrás.

Carlos llevó su mirada a Agatha, a quien no había mirado en un rato. La hechicera fantasma estaba mirando a Ben fijamente, con un aire de melancolía. Y por un segundo, sólo por un segundo, habría de jurar que tenían un leve parecido.

Tal vez Ben quiera hablar con ella. Al menos eso era lo que De Vil creía.

Agatha se volvió a él, como si hubiese escuchado aquello

—Salvar a Astrid es nuestra prioridad número uno. —dijo ella muy firme mientras lo miraba de una manera. 

Carlos asintió disimuladamente, antes de retomar su concentración

—Jay, ¿recuerdas lo que decían las profecías? —Esta vez, había sido Hadie quien habló, el chico luego comentó que había recibido una profecía por un oráculo, y que estaba seguro que tendrían que ver una con la otra. 

El hijo de Jafar asintió, miró a Lonnie a su lado, a quien ya se las había contado antes y juntos habían tratado de descifrar el significado completo de ambas sin éxito. Su novia asintió, tratando de darle aliento para continuar.

Entonces sacó de su bolsillo una hoja de papel que llevaba consigo. Después de lo de la coronación fallida/falsa decidió escribir las profecías mientras aún estaban en su mente.

—"La rosa se marchita al ascenso del dragón. El jardín encantado teme a un invierno eterno que se asoma sin descanso. Once corazones son los que guían el camino de las almas perdidas. Devolver aquello que se llevaron las fuerzas del mal ha de ser su primer paso para permanecer si no, han de ver el mundo arder. Una promesa que mantener hasta el último suspiro puede salvar a más de uno." —Leyó en voz alta y todos sus amigos se miraron.

Entre Rosas Y Espinas [Disney Descendientes/Carlos De Vil] LPDA3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora