Capitulo 19. "Una pirata enojada y un semidios confundido"

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Ben había estado hablando a solas con Mal y Yen Sid antes de llamar a sus amigos para unirse a una nueva reunión. Y Harriet sentía la necesidad de arrancarse los pelos de la cabeza de la ansiedad por todo lo que estaba ocurriendo.

Ahora todos podían ver ciertamente que tan apretada se había vuelto la situación.

Astrid estaba del lado de los villanos.

Pero era más que obvio que estaba hechizada.

Y ahora suponía que debían haber estado actuando y planeando algo para rescatarla del hechizo malvado que habian puesto sobre ella.

Pero nadie tenía idea de que hechizo era o de como podía revertirse.

La hija del capitán Garfio había decidido a buscar algo para comer rápido en las máquinas expendedoras de Auradon Prep ya que su estómago estaba rogando por un bocado de algo desde después del desayuno. Y mientras Ben le había pedido a Jane buscar a la última persona que hacía falta en la reunión para poder comenzar, ella podría aprovechar, calmar su estómago, despejar su mente un poco y luego prepararse para cualquier cosa que el rey de Auradon y su viejo maestro del Dragon Hall les fuesen a decir.

El bocadillo cayó entonces y la chica lo tomó, sólo para que unas manos se lo arrebataran a tiempo.

Harriet actuó rápido y atrapó la muñeca de quien era el ladrón.

—¡Hey! —exclamó la pirata con brusquedad, mientras veia de quien se trataba, sólo para sobresaltarse de la sorpresa.

Dos niños de no más de once años, los reconoció como VKs debido a sus atuendos nada elegantes y desaliñados. Tal vez hijos de secuaces o simples rufianes. Pero VKs al fin y al cabo.

Harriet tragó saliva, no podía culparlos. Ella también había sido una niña, ella también se había criado en la isla de los perdidos y tener que robar porque era de las pocas cosas que le habían enseñado

—Tomenlo —les dijo con voz suave mientras soltaba la muñeca del pequeño que le había arrebatado el bocadillo. Los dos niños se miraron sorprendidos por aquello, como si hubiesen esperado que ella les gritara o castigara de alguna manera.

Si hubiese estado en la isla de los perdidos tal vez les hubiese hecho para asustarlos y amenazarlos c0n que si se atrevían a volver a hacer algo así o veía sus caras de nuevo, ella los convertiría en cena de tiburones. Pero ella no estaba en la isla desde hacía un tiempo ya, y ella era otra Harriet.

—¿Y bien? —preguntó ella poniendo sus manos en sus caderas mientras alzaba una cejas.

—Lo siento —dijeron ambos niños VKs en murmuros tímidos.

—Está bien —les dijo un minuto después, mientras se inclinaba para estar a la altura de ambos niños, y les sonrió levemente—. Pero no roben más, aquí en Auradon no es como se hacen las cosas. Créanme, eso lo tuve que aprender difícilmente.

En el tiempo que había estado viviendo en Auradon había aprendido que una sonrisa mejoraba muchas situaciones incómodas. Y ain no entendía como, pero sí que era efectivo.

—Sé que en La Isla De Los Perdidos las cosas son muy diferentes —les dijo la hija de Garfio—. Y sé que robar, mentir y esas cosas es lo que nos han enseñado, pero les aseguro que no son las únicas formas de conseguir lo que desean. Sólo, no lo hagan, ¿entendido?

Los dos niños se miraron y asintieron aún nerviosos.

Harriet de pronto sintió pena.

Iba a agregar eso a la lista de cosas que la estaban volviendo loca.

Entre Rosas Y Espinas [Disney Descendientes/Carlos De Vil] LPDA3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora