Capítulo 28. "Hay muchas formas de ser malvado" 1/2

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Ben y Mal se miraron cuando el peliazul dejó de hablar.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó el rey de Auradon un segundo después al hijo de Hades sentado justo en frente de su escritorio.

Hadie asintió, aunque no estaba muy feliz con la idea. Tampoco pudo conciliar el sueño durante toda la noche tratando de convencerse a sí mismo que no era real lo que había sucedido aquel día, y luego había tratado de convencerse a sí mismo que era una tremenda locura lo que había hecho y que se había auto-condenado a su fin eminente.

—Sí —dijo seriamente—. Hice esa promesa a mi padre, debo cumplirla o me puedo transformar en un conejillo de indias, o lo que sea que le pase a las personas que no cumplan una promesa a un dios.

Ben pareció considerarlo por unos segundos, y entonces suspiró notablemente.

—¿Qué dice, Yen Sid? —se volvió más allá de Hadie con la mirada seria.

El antiguo profesor de Dragon Hall estaba sentado en uno de los muebles de la oficina de Ben, escuchando la conversación atentamente mientras tomaba una taza de té sin quitar los ojos de los tres.

—Pues, Su Majestad —dijo levantándose del mueble—. Conocí a Hades por mucho tiempo, y si algo aprendí de él es que con las cosas y temas de dioses era realmente serio, a pesar de no estar al cien por ciento con sus poderes. Pienso que debe estar molesto porque Hadie fue capaz de retarlo, pero también pienso que se molestaría mucho más si Hadie no tuviera las agallas de enfrentarlo como dijo que lo haría.

—¿Entonces es prudente que Hadie vaya y enfrente a Hades solo? —preguntó Mal.

Hadie le dio una mirada rápida a la pareja, realmente se veían tensos ante la situación.

—Hablamos del inframundo —agregó ella.

—Oh pues —habló Hadie—. Yo vivía ahí toda mi vida, conozco el lugar.

—¿Y todos los rincones de este? —inquirió el hechicero.

El peliazul lo pensó un segundo y entonces un escalofrío recorrió su cuerpo. Por supuesto que no todo. Habia un sólo lugar en el inframundo que no había pisado jamás en su vida

—No el Tártaro —respondió bajando la mirada— Nunca fui allí.

—Es a dónde Zeus encerró a los titanes y monstruos cuando se creó La Isla De Los Perdidos —dijo Ben seriamente.

—Mi padre nunca dejó que me acercara a ese lugar —dijo entonces— Ni él lo hacía, le preocupaba que no pudiera salir de allí nunca si se acercaba lo suficiente a ese lugar. 

Hadie recordó entonces, una vez cuando arriesgó su vida para conseguir un viejo Yelmo de su padre, este había caído en el abismo que conducía directamente a ese lugar y Hadie tuvo que saltar hasta donde estaba para recuperarlo, recordaba haber sentido un terror como nunca antes y eso que solo estaba a en la entrada del lugar.

—Entonces es ahí donde tiene a los dioses —dijo Mal cruzada de brazos—. Debe pensar que es el último lugar en el que buscarías.

Hadie ya estaba considerado esa idea cuando Mal lo dijo, y subió la mirada para ver los ojos verdes de la chica y asintió.

—También pienso eso —dijo. 

—Hadie, entendemos que es una situación delicada para ti —intervino Yen Sid tomando el hombro de su alumno de la isla— Por eso necesitamos saber que estas seguro de hacer esto y vas a poder con lo que sea que tu padre tenga preparado para ti allá abajo.

Ben entonces se levantó y rodeó el escritorio y se acercó a él colocando una mano el hombro del VK.

—Yo lo menos que quiero es hacer es permitir que alguien más arriesgue su vida para hacer lo correcto —La voz de Ben pareció quebrarse por un segundo— Pero pienso que desde que te conozco has demostrado ser alguien valiente y de buen corazón, me disculpo el ni haberte traído antes a Auradon, y quiero que sepas que cuentas con mi apoyo, Hadie. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que ha pasado.

Entre Rosas Y Espinas [Disney Descendientes/Carlos De Vil] LPDA3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora