22♡⃕﹫

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Jungkook

Durante el camino hacia casa solo podía observar a Jimin, quien era un caso perdido debido a su cara sonrojada, mechones revueltos, ojos perdidos, tal como un cachorrito bajo la lluvia. No podía saltar el echo de que se viera tan indefenso y tierno en ese momento, pero minutos atrás en la comida parecía un perro protegiendo su lugar lo cual sólo causaba ternura.

Lo sostuve de la mano con algo de fuerza para que no se fuera a tropesar, a pesar de haber tomado igual que él trate de controlarme para no estar dos borrachos caminando y que más tarde solo se vieran carteles de "Se buscan a estos dos chicos, se perdieron yendo a casa" el pensar aquello dejaba salir leves risas que no fueran tan ruidosas para molestar al menor.

Durante todo el transcurso de tiempo, me sumergía en varios escenarios hasta recordar las palabras que le había dicho al chico del restaurante, no supe en qué momento mi mirada se quedó totalmente fija en el cuerpo del menor, no sabía expresar lo que en ese momento sentía al recordar esa palabra "Mi novio" esvoce una sonrisa con solo pensar al menor riéndose, sonriendo, tomando su mano, etc. Tal vez era porque me sentía mal por la situación que él pasaba, pero entre más lo pensaba más raro se hacía la situación.

—Gukkie~

—¿Eh?¡ si dime Jimin.

—Y~ya llegamos~ casa~ vamos~

—Ve anda, yo debo volver a la mía.

—Pero mi novio debe quedarse, para que no me lo robe el chico del restaurante.

Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo en cuanto lo había escuchado, tal vez lo escuche mal pero no, estaba perfectamente cuerdo para saber lo que había dicho. Trague saliva en seco acariciando su mano.

—Anda o se hará tarde, prometo que iré directo a casa y ni veré a nadie más.
—Acaricie su nariz viendo como este la arrugaba—

—¿Lo prometes?
—Susurre apretando su mano y acercándome—

—Asentí mirándole, hasta quedar en un punto fijo donde eran sus labios, esponjosos y rosados, tan apetecibles—

—Gukkie.

En la cabeza miles de escenas pasaban por mi cabeza, mi respiración se aceleró un tanto, mientras la sangre viajaba por mis extremidades, alce la mirada al sentir mi cara arder. Bese la frente mejor como despedida y así salir casi corriendo de ahí al sentir como en mi pecho el pulso aumentaba.

—Jimin...

Susurre negando y palmeando mis mejillas solo para esperar a poder llegar a casa. Pasaron  al rededor de varios minutos hasta que por fin había llegado yendo directamente hasta mi habitación para dejarme caer en la cama, creando una pequeña película en mi cabeza recapitulando todo lo que había pasado en este día.

Lo último que había salido de mis labios había sido un suspiro ya que en aquel momento había caído, completamente dormido simplemente pensando en todo lo que había pasado en aquella cena. Realmente no fue mala, he de decir que la compañía del menor siempre me hacía sentir de los mejores ánimos.

Carta errónea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora