IV: Renuente

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Cinco meses después.

—¿Pensabas decirme algún día? —preguntó el príncipe de cabello negro mientras observaba a su padre enojado.

Molestia o enojo eran palabras que se quedan por debajo de lo que verdaderamente sentía en ese momento.

—Te lo estoy diciendo ahora. —Mencionó el rey Minho sentado en su trono mientras observaba a su hijo hacer una rabieta.

—¡Es una boda, papá! Con alguien que no es el amor de mi vida. Yo no quiero casarme, ¿Qué hay acerca de las almas gemelas? Yo sé que mi omega está por allí en alguna ciudad, no puedes hacerme esto. —mencionó el chico. Se veía tan enojado y decepcionado.

—Tranquilo. —interrumpió Johnny. Él estaba en la sala del trono. Veía con atención, pero no pensó que el chico le fuera a hacer un "espectáculo" frente a su padre. —El rey de Oneryd nos ha ofrecido a su hijo y también su tesoro nacional, su glyph. Si aceptamos estaríamos cerca de resolver el misterio de Madre...

El Glyph era una piedra que tenía escrita la profecía que había dejado Madre antes de desaparecer de la faz de la tierra, la piedra había sido rota en cuatro partes, había una en cada reino. Johnny había dedicado sus cientos de años en encontrar una respuesta. Y al menos, con ese matrimonio, "dos alfas estaría unidos" al igual que sus reinos con esa boda y así tendrían dos piedras.

—Yo me sigo oponiendo. Yo no me voy a casar. —Mencionó el joven. Luego observó a Johnny. — ¿Johnny, alguna vez te has enamorado en tus millones de años de existencia?

Johnny sonrió de lado con soberbia. No tenía tantos años y cada uno de ellos los había dedicado a investigar sobre la leyenda de una salvadora y sobre su palabra.

—Nunca lo he hecho, tengo viviendo mucho, tú mismo lo dijiste, he viajado a miles de lugares y jamás encontré a mi omega, sabes qué significa ¿verdad? —El hechicero sonrió tratado de ser obvio.

—¿Qué nadie te quiere? —preguntó el príncipe, lord Suh estaba siendo egoísta y había lavado el cerebro de su padre.

—Quizá. —Johnny soltó una pequeña risita, el príncipe que tenía en frente era el mayor, pero seguía actuando como un niño. — Significa que no todas las personas nacen para estar destinados a alguien, tú serás el futuro rey, ¿por qué no te casas ahora y te evitas la decepción de ser viejo y no tener a nadie? Un omega es un omega, puedes marcar a quien sea y estaría atado a ti de por vida...

—Va a llegar alguien, Johnny, llegará un omega que te haga darte cuenta de que no son solo seres que carguen a nuestros bebés, que también pueden pelear y que son inteligentes... espero estar vivo para cuando ese momento llegue. Mientras seguiré esperando a mi omega. —mencionó el joven frunciendo su ceño.

—Me alegraré cuando tú no encuentres al omega que buscas y me digas "tenías razón". —Johnny sonrió como el sabelotodo que creía que era. De todas formas, pocas veces se equivocaba.

—Basta los dos, parecen unos adolescentes inmaduros. Jaemin, te casarás con el príncipe Haechan, y tú, Johnny, tú encárgate de buscar los demás glyph y de encontrar a los cuatro lobos malditos.

El rey Minho cambió su mirada. En ese momento, aparecieron dos jóvenes en la entrada de la puerta de la sala real. Ambos se veían cansados con sus ropas arrugadas, traían sus espadas en mano y se reían de algo que parecía muy gracioso.

—Su majestad. —Jisung se inclinó ante el rey en señal de reverencia.

—Hola, papá. —Sungchan sonrió y también se inclinó.

Ambos venían de entrenar con sus armas por si algún día se volvían unos grandes guerreros. Ahora solo eran unos mejores amigos que querían viajar y conocer el mundo, querían ayudar a Johnny a revelar el secreto que la santa Madre había guardado.

MADRE (MarkHyuck, Jichen, Johnten y NoMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora