—¡Daegal! —Era la cuarta vez que Haechan gritaba el nombre de su perrita, pero no había respuesta—¡Daegal! Ven bebé, necesitas cenar.
Haechan se sentía triste, enfermo de decepción porque temía que a su perrita le hubiera pasado a algo.
Bajó las escaleras y había buscado en cada salón del castillo, los sirvientes lo ayudaron, pero nadie sabía nada de la pequeña cachorra. Yuta y Sicheng tampoco la habían visto.
—Lucas ¿Has visto a mi perrita? —preguntó Haechan al guardia que siempre le hacía compañía.
—A Daegal, la vi correr por las escaleras ayer por la madrugada. —Lucas trató de recordar que la perrita se veía sumamente ensimismada en sus pensamientos que ni siquiera volteó cuando Lucas la llamó.
Haechan se quedó en silencio. Recordó que se fue a dormir con Daegal la noche anterior, pero esa mañana que había despertado no la había visto, pensó que ella estaría jugando en el jardín a perseguir mariposas, pero en los jardines no estaba y eso le preocupaba demasiado. Ya era tarde.
—Necesito salir al pueblo. ¿Podrías acompañarme? —preguntó Haechan con una mueca.
Lucas no estaba convencido, pero no podía negarle nada al príncipe.
—Le preguntaré al rey. —mencionó el guardia.
Haechan suspiró. Pero sus ojos se alegraron cuando vio que el príncipe Sungchan se acercó a ellos con una sonrisa educada.
—Príncipe Sungchan, necesito su ayuda—Haechan suspiró y Sungchan prestó atención. —Mi perrita desapareció del castillo, tengo el leve presentimiento de que fue al pueblo. ¿Podría hablar con su padre el rey para que me dé permiso de ir a buscarla?
—No hay necesidad, podemos mandar a algunos guardias, príncipe Haechan, desearía que no se expusiera antes de la boda. —dijo el alfa de enorme tamaño.
—Por favor, Daegal es como mi propia cachorra, necesito buscarla yo mismo. Necesito encontrarla. —Haechan sabía que él podía manipular a las personas, en especial porque era un comerciante innato, negociar era parte de sus responsabilidades.
Sungchan bajó la mirada, ¿Cómo podía negarle algo a su futuro esposo si ponía esa adorable cara?
El alfa trató de ser bueno y complacer la solicitud de su próxima pareja, tenía que ser consciente que se casarían en una semana y que tendría que marcarlo, tendrían cachorros y vivirían felices para siempre.
Aunque no se amaran y no fueran destinados.
Todo por el reino.
—Iremos a buscarlo, Lucas acompáñanos, buscaremos a Daegal por el pueblo.
Y así lo hicieron.
El anochecer se hizo presente, al igual que el frío, las personas no habían visto ningún perro. Fue hasta que llegaron a las afueras de Alpha, uno de los aldeanos observó, era un alfa viejo pero sabio, las personas no lo frecuentaban porque decían que estaba loco.
—Disculpe señor, ¿usted no vio una pequeña perrita pasar por aquí? Es de este tamaño. —dijo Haechan midiendo casi 20 centímetros entre sus manos.
El señor observó al príncipe de Orenyd, al príncipe Sungchan y al guardia, tomó su barba y se quedó pensando.
—Príncipe Sungchan, ¿éste es su prometido? —cuestionó el anciano viendo al moreno.
—Así es, él es el príncipe Haechan, la persona con la que me casaré. —dijo el de cabello castaño.
El hombre soltó un sonido, estaba pensando.
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MADRE (MarkHyuck, Jichen, Johnten y NoMin)
FanfictionMadre es quien elige quiénes nacen como Alfas, Betas y Omegas, elige también en cuál de los cuatro reinos debe nacer de acuerdo a las actitudes que tendrá esa persona, dejando una profecía antes de desaparecer. "Dos alfas unidos, enfrentarán un de...