"Sam..."
"Sam..."
Mis ojos comenzaron a abrirse lentamente, se sentían pesados y mi espalda dolía.
-Sam...-Escuche la voz de Renato a mi lado. Abrí mis ojos a su totalidad, notando que mi ojo izquierdo dolía levemente- Debes bajar, ya llegamos a casa...- Fue ahí cuando noté que estaba recostada en el asiento trasero del coche. ¿Qué hacía ahí?
Asentí levemente mientras me enderezaba. Renato extendió su mano para ayudarme a bajar y entrar a nuestro hogar para cubrirnos del frio del exterior.
Caminamos tomados de la mano hasta la entrada, cuando varios recuerdos abrumaron mi mente. Como un golpe, todo lo sucedido esta noche dentro del baño de aquel restaurante llego hasta mí.
Sentí mis manos temblar por el miedo que me invadió de repente, pero Renato reafirmo su agarre sobre mi mano derecha, dándome el apoyo suficiente para seguir caminando.
Entramos a nuestra silenciosa y fría casa, producto a nuestra ausencia estos días. Sentí una presión en mi pecho y unas tremendas ganas de llorar, pero lo contuve.
Ambos nos sentamos en el sofá de la sala, uno al lado del otro. Guie levemente mi vista hasta las manos de Reborn, estas estaban empuñadas con fuerza decoradas de sangre seca. Yo me limite a contener las lágrimas mientras jugaba con el borde de mi chaleco.
Renato se levantó con calma y se acercó a la cocina. Abrió la congeladora y de allí saco una bolsa de guisantes congelados. Retrocedió su camino hasta encontrarse frente a mí y me la extendió.
-Deberías colocarla sobre tu ojo- Dijo apuntando mi ojo izquierdo- No será cómodo si se hincha.
Tome la bolsa con mis aun temblorosas manos y le regale una sonrisa triste. El de barba paso completamente de ella y rebusco entre sus bolsillos hasta encontrar sus cigarrillos. Encendió uno e inhalo de este mientras con su mano contraria revolvía con frustración su cabello. Mientras que yo me negaba a llorar, no derramaría ni una sola lagrima por ese infeliz.
-Estoy maldita- Dije interrumpiendo el silencio, con mi vista a la ventaba frente nosotros.
- ¿Cómo? - Preguntó Reborn con un dije de molestia dirigiendo su mirada hasta mí, yo continúe con la visa la frente mirando aquel ventanal que daba al patio trasero.
- Cada vez que estamos empezando de cero, que estamos bien, viene alguien y nos jode, y es por mi culpa- Solté sin contenerme más.
-Claro que no.
- ¡Claro que sí! - Alce la voz mientras me levantaba- Cada puto buen momento es arruinado por mi culpa, por mis padres, porque dejo la maldita puerta mal cerrada o porque viene el gilipollas de turno- Grite desesperada, pero no me permitió continuar.
-Esto no es tu culpa- Dijo levantando la voz también, podía notar lo cabreado que estaba- Esto que paso no es tu culpa. - Sentencio.
- ¡Renato casi matas a alguien por mí! - Grite alzando los brazos con frustración.
- ¡Ay por favor! ¡No exageres!
- ¡Golpeaste ese hombre hasta que quedó inconsciente! - Lo mire frunciendo el ceño- ¡Tus nudillos aún tienen sangre!
-Ese hijo de puta te encerró en un baño Sam, ¡¿Qué cojones querías que hiciera?!- Continúo alzando la voz al igual que yo.
- ¡¿Sabes en el puto problema que te estas metiendo?! Pero claro que no piensas en las consecuencias, si te proclamas el puto Dios- Respondí con ironía. Renato no entendía las consecuencias de sus actos, de lo que vi que hizo en aquel cuarto de baño.
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Ramé // Reborn x Tu
Fanfiction"Ramé, algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo" Cuando Samantha se mudó a España, esperaba que su vida cambiara para mejor, terminar la universidad y convertirse en una periodista reconocida; pero la vida le daría un giro de 360 grados al ser...