Capítulo 8 "sunlight"

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Silencio.

La habitación se sumergió en un incómodo silencio luego de aquella pregunta. Ninguno de los dos mostraba la intención de querer decir algo y romper aquella tensa atmosfera. Me limite a observar los ojos de mi acompañante enmudecido por mi atrevimiento, pero sosteniéndole la mirada con la intención de demostrarle que no estaba jugando.

Era un grandísimo gilipollas. Por supuesto que no aceptaría, a pesar de la cercanía que teníamos, lo que acababa de hacer una jugada demasiado arriesgada y al parecer estaba perdiendo. Con lo dicho podía pensar mal de mi oferta, pensar que quería aprovecharme de la situación, y aunque a lo largo de los meses en los que nos conocimos le había demostrado que mis principios no me permitirían posar una mano encima de su cuerpo sin que ella me lo permitiera, estaba en su derecho dudar de mí luego de mi atrevida proposición. La madre que me pario, sin duda juntarme con tantos anormales me estaba pasando la cuenta.

Todo esto lo pensaba mientras observaba aquellos ojos verdes que por la oscuridad de la noche perdían su intensidad y se volvían de un verde tan oscuro casi imperceptible. No mentiría si dijese que podía perderme en aquellos ojos. Los únicos ojos que eran capas de enmudecerme luego de tantos años.

Aun sostenía su mano con firmeza, para demostrarle mi seguridad que poco a poco se iba desvaneciendo; pero a la vez con delicadeza, tratando de demostrarle que nunca me permitirá realizar algo que le hiciera daño.

Cuando el silencio había durado lo suficiente y estaba dispuesto a retractarme de mis palabras, Samantha agacho la cabeza y soltó un suspiro algo tembloroso.

-Está bien- Dijo sorprendiéndome por completo. No me sentí capaz de decir nada, así que me limite a observar sus movimientos, pero se quedó estática observando el suelo. Luego de un par de segundos en los que creí que se había arrepentido, soltó mi mano y se dirigió hasta la puerta- Iré a cambiarme- Dijo antes de salir.

Yo me quede sentado en el mismo lugar observando la puerta con atención. Boté el aire que no sabía que sostenía y me levanté para cambiarme por un chándal y una camiseta cómoda para dormir. Una vez listo, me senté en la cama a esperarla pensando que se había arrepentido y no volvería. Pero no fue así.

Sentí unos pasos acercándose y luego un leve golpe en la puerta.

-Pasa- Dije. Atravesando el umbral apareció Samantha en aquel pijama de nubecitas que la hacía ver demasiado tierna. Estoy seguro de que un leve sonrojo se había formado en mis mejillas para cuando ella se sentó al lado de la cama que daba con la ventana.

La ojiverde fue la primera en recostarse como se debía y yo la seguí imitando sus acciones. Ambos mirábamos el cielo de la habitación sin saber cómo reaccionar para no volver la situación más incómoda aún. Gire mi cabeza para observarla, podía notar lo nerviosa que estaba.

-Sam- La llame para que me escuchase- No quiero que te sientas presionada. Si no quieres hacer esto-

-No estaría aquí- Respondió interrumpiéndome- Si no quisiera hacer esto no estaría aquí- Repitió esta vez girándose para mirarme, pero sus ojos no se encontraron con los míos. Levante mi mano y la acerque a su rostro con calma, cuando mis dedos tocaron su mejilla con aquellas diminutas y casi imperceptibles pecas, la castaña recostada a mi lado se tensó-No quiero que estés asustada de mi- Dije mirándola con mi mano posada en su mejilla esperando que se acostumbrara al tacto.

-No estoy asustada- Respondió. Suspiro y levanto su mirada conectando su vista con la mía- Se que no...Confío en ti Renato- Me regalo un pequeña sonrisa- Solo vamos a dormir.

No supe descifrar si era una afirmación o una pregunta, pero me limite a asentir. Después de todo aquella era mi intención, dormir. Comencé a mover mis dedos con lentitud dibujando trazos en su mejilla, frente y nariz. Cuando note que estaba más relaja, acerque mi pulgar hasta sus labios y los acaricie con suavidad. Samantha levantó su mano izquierda y la posó en mi nuca dejando subes caricias mientras jugueteaba con mis cabellos, esto provocó que nos acercásemos. Samantha aún mantenía su mirada sobre mí y yo no pude evitar desviar la mía hasta sus labios. Observándolos con atención mientras continuaba acariciándolos, me fue imposible no humedecer los míos con sutiliza.

Ramé // Reborn x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora