v. my traumas, my nightmares

1.9K 209 33
                                    

✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦

v. mis traumas, mis pesadillas.

          NATURALMENTE, LA NOTICIA DE LA GRAN EXPLOSIÓN EN EL BAÑO se propagó por todo el campamento como una plaga

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

          NATURALMENTE, LA NOTICIA DE LA GRAN EXPLOSIÓN EN EL BAÑO se propagó por todo el campamento como una plaga. Allá donde fueran, los campistas los señalaban y murmuraban sobre el agua del inodoro o la enorme explosión en el baño de mujeres.

Annabeth y Astrid llevaron a Percy a explorar algunos lugares más, como la herrería, la sala de artesanía y el muro de escalada (el favorito de Astrid). Este muro estaba compuesto por dos paredes que se enfrentaban, temblaban violentamente y dejaban caer rocas mientras la lava se derramaba. Si no alcanzabas la cima lo suficientemente rápido, las paredes chocaban una contra la otra.

Finalmente, regresaron al lago, siguiendo el camino que los llevó de vuelta a las cabañas. 

—Tenemos que entrenar —dijo Astrid, mirando a Annabeth antes de dirigir su mirada nuevamente a Percy.— La cena es a las siete y treinta, novato. Solo necesitas seguir desde la cabaña hasta el pasillo que conduce al comedor.

—Astrid, Annabeth, de verdad lamento lo de los inodoros —dijo Percy, mirando al suelo antes de elevar su mirada arrepentida hacia Astrid—. Y lamento lo que dije sobre, ya sabes...

—Está bien —le contestó, mostrándole una pequeña sonrisa. Por supuesto que no estaba bien, pero el pobre chico ya había pasado por mucho en su primer día.

—No fue mi culpa lo que sucedió.

Annabeth y Astrid lo miraron con el ceño fruncido. Finalmente, Annabeth dijo: —Necesitas hablar con el Oráculo.

—¿Quién?

—No "quién", más bien "qué". El Oráculo. Le preguntaremos a Quirón.

Percy se quedó mirando el lago como si de repente empezara a hablar y le diera las respuestas que necesitaba, algo que no iba a ocurrir.

De repente, Astrid vio al chico saludando algo en el lago, así que se asomó y vio a dos Náyades.

—No las alientes —advirtió suspirando, recordando esa vez cuando las observó como una tonta durante media hora—. Las Náyades son terribles coqueteando.

—Náyades —repitió Percy como si no pudiera creerlo—. Eso es todo. Quiero irme a casa ahora.

—¿No lo entiendes, Percy? —dijo Annabeth—. Estás en casa. Este es el único lugar seguro en la tierra para chicos como nosotros.

—¿Quieres decir niños con problemas mentales?

Astrid se tomó un momento para pensar antes de contestar: —Sí, algo así.

Annabeth interfirió ante la mirada que le había dirigido el pelinegro.—Lo que Astrid trata de decir es 'no humanos'. No completamente. Más bien 'medio humanos'....

DANDELIONS, percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora