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ix. el secreto de poseidón.
A LA MAÑANA SIGUIENTE, QUIRÓN LO TRASLADÓ A LA CABAÑA TRES.
No tenía que compartirla con nadie. Tenía toda una habitación para todas sus cosas: El cuerno del Minotauro, un set de ropa de repuesto, y una bolsa de aseo personal. Se sentaba en su propia mesa, seleccionaba todas sus actividades, mandaba apagar las luces cuando se le diera la gana, y no escuchaba a nadie más.
Y se sentía completamente miserable.
Justo cuando sentía que estaba empezando a ser aceptado por todos, a sentir que tenía un hogar en la cabaña once y que podía ser un chico normal, o tan normal como puedes ser siendo un mestizo, hasta se había acostumbrado a Ariana y a sus extraños trucos de magia. Se habían separado como si tuviera una enfermedad rara.
Nadie mencionó al perro del infierno, pero tenía el presentimiento de que era de todo lo que hablaban a sus espaldas. El ataque había espantado a todo el mundo. Envió dos mensajes. Uno: Que era el hijo del Dios del mar. Dos: Que los monstruos no pararían hasta matarlo.
Ellos podrían incluso invadir el campamento que siempre había sido considerado seguro.
Los otros campistas se mantenían alejados de él tanto como les fuera posible. La cabaña once, exceptuando a Ariana, estaba demasiado alterada y nerviosa como para tener clase de espada con él. Así que sus lecciones con Luke resultaron siempre ser de uno-en-uno. Él lo empujaba más fuerte que nunca, y no temía que se contusionara en el proceso.
—Vas a necesitar todo el entrenamiento que puedas conseguir.—prometió mientras trabajaban con espadas y antorchas encendidas, cortesía de Ariana.—Ahora vamos a intentar ese golpe "decapitar a la víbora" otra vez. Cincuenta repeticiones más.
Cuando Percy entrenaba con Ariana era algo así como:
¡Boom!, bola de fuego.
¡Boom!, su espada estaba congelada.
¡Boom!, era una cobaya.
Bueno eso aun no pasaba, pero tenía la esperanza de que no pasará nunca y mucho menos a manos de la morena.
Annabeth seguía enseñándole griego por la mañana, pero ella parecía distraída y distante. Cada vez que decía algo, le fruncía el ceño, como si hubiera atizado entre sus ojos.
Después de las lecciones, ella se alejaba hablando para sí misma.
—Buscar...
—¿Poseidón..?
—Sucio podrido..
—Tenemos que preparar un plan..
—Necesito ir a hablar con Astrid.
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DANDELIONS, percy jackson
Fanfic✧˚ · . Astrid estaba ahogándose poco a poco en un mar de autodestrucción, por lo cual fue una gran ironía del destino que sería el hijo del Dios del Mar quien la salvará. Y también que Astrid le tuviera miedo al mar. percy jackson fanfiction percy...