xviii. as if i didn't have enough

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xviii. como si no tuviera suficiente.

          NO ESTABA EN LOS PLANES DE ASTRID DAR UN PEQUEÑO VIAJE con la criatura de Poseidón, en un túnel lleno de idioteces de San Valentin, y mucho menos que una nueva fobia a las arañas surgiera de todo esto y todo el Olimpo lo viera, pero como...

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          NO ESTABA EN LOS PLANES DE ASTRID DAR UN PEQUEÑO VIAJE con la criatura de Poseidón, en un túnel lleno de idioteces de San Valentin, y mucho menos que una nueva fobia a las arañas surgiera de todo esto y todo el Olimpo lo viera, pero como ya estaba acostumbrada, las cosas no salían siempre como las habían planeado.

El sol ya se estaba escondiendo tras las ventanas para cuando llegaron al parque. Juzgando por el cartel que alguna vez se llamó WATERLAND y ahora decía algo así como WAT R A D.

La puerta principal estaba cerrada con candado y alambre de púas. En el interior, enormes toboganes de agua seca y los tubos rizados en todas partes, llevando a unas piscinas vacías. Viejas taquilleras y anuncios revoloteaban alrededor del asfalto.

—Si Ares trajo aquí a su novia para una cita.—dijo Percy rompiendo el silencio que se había hecho desde que partieron y echándole una mirada breve a Astrid.—Odiaría ver lo que ella parece.

—Perseus.—lo reprendió Astrid con una mano en su cabeza sosteniendo la venda improvisada que Annabeth le había hecho.—Sé más respetuoso.

—¿Por qué? Pensaba que en este momento no le tenías mucho afecto paternal a Ares.

—Sigue siendo un Dios. Y su novia, la que creo es mi madrastra, es muy temperamental.

—No querrás insultar su apariencia.—siguió Grover.

—¿Qué es ella? ¿Equidna?

—No; Afrodita.—repuso Grover con tono soñador.—Diosa del amor.

—Pensé que estaba casada con alguien.—dijo.—Hefesto.

—¿Y qué si fuera así?—habló Astrid con tono hostil.

—Ohhh.—De repente Percy sintió la necesidad de cambiar de tema.—¿Entonces, cómo entramos?

—¡Maia!—exclamó Grover y de sus zapatos empezaron a salir alas.

Voló sobre la cerca, haciendo vueltas indeseadas en el aire y tropezando al aterrizar del otro lado. Limpio sus pantalones como si lo hubiera planeado todo.—¿Van a venir?

Annabeth, Astrid y Percy entraron de la forma tradicional, agarrándose del alambre de púas.

Las sombras crecían mientras caminaban por el parque, comprobando las atracciones. Había la Isla de los Mordedores de Tobillos, Pulpos Locos y Encuentra tu Bañador.

Ningún monstruo los atacó y no oyeron ningún ruido. No había más que silencio.

Encontraron una tienda de recuerdos que dejaron abierta. Las mercancías seguían ordenadas y guardadas en sus estantes: Globos de nieve, lápices, tarjetas y percheros llenos de...

DANDELIONS, percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora