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vii. entre espada y espada.
LOS DÍAS TRANSCURRIERON EN EL CAMPAMENTO y Percy había establecido un horario regular para sí mismo. Cada mañana, asistía a clases de griego antiguo con Annabeth. Conversaban sobre los dioses y diosas en el tiempo presente, lo cual le parecía un tanto extraño. Descubrió que Astrid y Annabeth tenían razón en cuanto a su dislexia: el griego antiguo no era tan difícil de leer para él. Al menos, no más difícil que el inglés. Después de un par de mañanas, podía leer algunas líneas de Homero sin demasiados dolores de cabeza.
El resto del día se llenaba con diversas actividades al aire libre, en un intento de encontrar en qué sobresalía. Astrid intentó enseñarle tiro con arco, pero pronto se dieron cuenta de que no era bueno en eso. Aunque ella no se quejaba demasiado, al menos no tanto como unos días atrás. Percy ya se había disculpado por ese incidente.
¿Carreras? Tampoco era su fuerte. La ninfa del bosque que los instruía lo dejaba atrás sin problemas. Le dijeron que no se preocupara por eso, después de todo, habían tenido siglos de práctica huyendo de dioses enamorados. Sin embargo, era un tanto humillante ser más lento que un árbol.
¿Lucha libre? Ni hablar. Cada vez que subía al ring, Astrid o Clarisse lo vencían.
—Siempre hay más de dónde vino eso, novato —le susurraba Clarisse al oído.
—¡Necesitas mejorar tu defensa, Perseus! —los regaños de Astrid resonaban en sus oídos mientras estaba tirado en la colchoneta, cubierto de sudor y tierra, con la respiración agitada.
La única cosa en la que realmente destacó fue en canoa, y eso no era exactamente el tipo de habilidad heroica que esperarías de quien derrotó al Minotauro.
Sabía que los campistas más experimentados y los consejeros lo observaban, tratando de discernir quién sería su padre divino, pero no lo tenía fácil. Percy no era tan fuerte como los hijos de Ares, ni tan bueno en tiro con arco como los hijos de Apolo. No tenía la habilidad de Hefesto para trabajar el metal ni la destreza de Dionisio con las plantas de vid. Luke le había sugerido que podría ser hijo de Hermes, una especie de joven de todos los oficios, maestro de nada. Pero tenía la sensación de que solo trataba de reconfortarlo. Luke tampoco sabía qué hacer con él.
A pesar de todo, le gustaba el campamento. Se había acostumbrado a la niebla matutina sobre la playa, al aroma de los campos de fresas en las tardes y hasta a los extraños ruidos de monstruos en el bosque por las noches. Disfrutaba cenar con la cabaña once, raspar parte de su comida en el fuego y tratar de sentir algún tipo de conexión con su verdadero padre. No pasó nada. Solo estaba esa cálida sensación que siempre había tenido, como el recuerdo de su sonrisa.
Intentaba no pensar demasiado en su madre, pero no dejaba de cuestionarse: si los dioses eran reales y los monstruos también, si toda esta magia era posible, entonces seguramente había alguna manera de salvarla, de traerla de vuelta...
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DANDELIONS, percy jackson
Fiksi Penggemar✧˚ · . Astrid estaba ahogándose poco a poco en un mar de autodestrucción, por lo cual fue una gran ironía del destino que sería el hijo del Dios del Mar quien la salvará. Y también que Astrid le tuviera miedo al mar. percy jackson fanfiction percy...