ii. from demigod to babysistter

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ii. de semidiosa a niñera.

          ASTRID ESTABA FAMILIARIZADA CON LA ENFERMERÍA Y LAS CÓMODAS CAMAS que ofrecía la cabaña siete

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          ASTRID ESTABA FAMILIARIZADA CON LA ENFERMERÍA Y LAS CÓMODAS CAMAS que ofrecía la cabaña siete. Había estado allí demasiadas veces desde que ingresó al campamento, y no podría contar cuántas veces le habían suturado la rodilla, vendado raspaduras, curado esguinces o fracturas. Sin embargo, Will Solace sí llevaba la cuenta.

—¿Sabes, Astrid? —dijo mientras limpiaba un gran rasguño en su brazo izquierdo que ella ni siquiera sabía que tenía. La chica había despertado apenas hacía unos veinte minutos y aún estaba algo desorientada.

La pelirroja negó con la cabeza. —No, no lo sé.

El hijo de Apolo rodó los ojos con irritación mientras empapaba un nuevo algodón en alcohol, recién sacado de la bolsa.

—De los trescientos sesenta y cinco días del año, vienes a la enfermería trescientos cincuenta.

Astrid lo miró con culpabilidad. —¿Por qué les doy quince días de descanso?

Will la observó con los ojos entrecerrados, dejó caer los algodones que estaba usando en una bolsa y colocó el pequeño frasco de alcohol en un estante cercano.

—¿Es una pregunta o una confirmación? —cuestionó, mientras vertía un líquido dorado en un pequeño vaso, que Astrid reconoció como néctar.

—La tuya fue una pregunta. —musitó, estaba a punto de defenderse más, pero de repente recordó por qué estaba allí en primer lugar. Se sentó en la cómoda cama que utilizaba cada vez que se encontraba en la cabaña siete. Prácticamente, los hijos de Apolo la habían adoptado como una más de sus hermanos debido al excesivo tiempo que pasaba allí.—Oye, Will.

El rubio tarareó, indicando que continuará mientras revolvía el néctar en el vaso. Apoyando los codos en las rodillas, Astrid colocó sus manos en sus mejillas.—¿Qué pasó con el otro chico?

Will frunció el ceño con confusión y colocó el pequeño vaso de cristal en la mesita de noche que estaba al lado de la cama.—¿Qué otro chico?

Astrid rodó los ojos y dejó caer sus manos a los costados.—El otro chico, el que estaba conmigo sobre el Minotauro. ¿Qué pasó con él?

Will asintió en reconocimiento mientras se quitaba la bata de doctor que tenía puesta y la colocaba sobre una silla cercana.—Está en la enfermería, aún no ha despertado.

La pelirroja empezó a jugar con un hilo suelto de la cobija.—¿Y Grover? ¿Cómo está? ¿Está bien?

—¿Grover? Sí, está bien. Vino a visitarte un par de veces mientras aún no despertabas —informó el rubio, pasándole el vaso de néctar con una sonrisa tranquilizadora.

DANDELIONS, percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora