i. hello school. goodbye school

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i. hola escuela. adiós escuela.

                   ASTRID SABÍA QUE ESTA VEZ HABÍA COMETIDO UN ERROR MONUMENTAL

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         ASTRID SABÍA QUE ESTA VEZ HABÍA COMETIDO UN ERROR MONUMENTAL. El director la miraba con una intensidad que parecía amenazadora; de no conocerlo mejor, podría haber jurado que era un monstruo a punto de devorarla viva. Trató de calmar sus manos ansiosas, pero fue la suave caricia de Percy lo que finalmente relajó el resto de su cuerpo.

—¿Podría saber en qué demonios estabas pensando, señorita Prewett? —Aunque el Sr. Bonsái mantenía un tono aparentemente tranquilo, su tic nervioso y los nudillos blancos apretando el escritorio revelaban su verdadera frustración.

—No sé qué decirle, señor Bonsái. Solo puedo expresar mi más profundo arrepentimiento por cómo terminaron las cosas. Entiendo que la violencia es inexcusable y, sobre todo, primitiva. Me siento profundamente avergonzada.

Percy, a su lado, luchaba por contener la risa, lo que solo intensificó la ira del director.

—¡Cuatro de sus compañeros fueron enviados al hospital debido a este acto de cruel salvajismo, señorita Prewett!

Astrid resistió la tentación de rodar los ojos. El Sr. Bonsái pareció darse cuenta de sus gritos y suspiró cansado al sentarse en su silla. Sacó una pluma y un expediente del cajón, supuestamente el suyo, y lo abrió con cuidado, intentando aparentar calma.

—Si no le molesta, señorita Prewett —parecía costarle pronunciar la palabra "señorita" junto con su apellido—, ¿podría explicarme con precisión lo que sucedió hoy en las instalaciones, desde que entró hasta los violentos acontecimientos de la tarde?

Astrid y Percy fruncieron el ceño por el tono meloso que empleaba, pero Astrid decidió no provocar más y comenzó a relatar todo con lujo de detalles.

Ella y Percy caminaron juntos a la escuela como de costumbre. Desde que sus madres se conocieron por casualidad en una cafetería cerca de sus trabajos, se volvieron inseparables. Se emocionaron al descubrir que sus hijos no solo se conocían del campamento, sino que también habían participado en una peligrosa misión juntos, arriesgando sus vidas para llegar al Olimpo y detener una guerra destructiva.

De vez en cuando, organizaban citas en sus casas para cocinar mientras disfrutaban de una copa de vino. Aunque sus conversaciones generalmente giraban en torno a los padres de ambos, estaban tan ocupados hablando de sus propias cosas que apenas prestaban atención a las mujeres. El tema principal solía ser el campamento, y compartían la emoción de regresar el próximo verano. Astrid le contó a Percy cuánto extrañaba entrenar por la mañana con Annabeth, mientras que Percy mencionó que aunque también extrañaba a sus amigos Grover y Annabeth, no entendía cómo alguien podía pensar en el entrenamiento tan pronto al levantarse.

Percy le mostró a Astrid todo lo que se había perdido mientras vivía en el campamento: las películas más destacadas del siglo (al menos así las llamaba él), diversos videojuegos que Astrid no tardó en dominar, algunos músicos que ella no conocía porque se limitaba a escuchar lo que ponía Clarisse en la cabaña o lo que Silena le contaba sobre artistas como Taylor Swift, y, su parte favorita, vivir la experiencia real de estar en un cine. Desde la primera vez que fueron solos, tuvieron que repetir reiteradas veces a sus madres que no era una cita, esta actividad se convirtió en su favorita. Cada vez que Percy se enteraba de que una película nueva iba a estrenarse, organizaba inmediatamente una salida con ella para ir a verla.

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⏰ Última actualización: Nov 08 ⏰

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DANDELIONS, percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora