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xxviii. bueno o malo, al menos terminó, ¿verdad?.
QUINCE MINUTOS MÁS TARDE, ya estaban de vuelta en las bulliciosas calles de Manhattan. Optaron por un taxi hasta el apartamento de la madre de Percy, pero Astrid decidió darle privacidad a su amigo y se fue a caminar por los alrededores. Mientras deambulaba, reflexionaba sobre cómo hablaría con su madre. Sabía que sería un momento impactante para ambas, pero también albergaba la esperanza de recuperar a las personas que más amaba: su madre y su hermana.
El rugir de su estómago le recordó que tenía hambre, pero no tenía dinero. Fue entonces cuando vio a un hombre ebrio despistado con su cartera colgando de la parte trasera de sus pantalones. Se acercó sigilosamente y tomó un billete antes de que el hombre se diera cuenta. Decidió gastar parte de ese dinero en una pequeña y encantadora dulcería que le llamó la atención.
Al regresar al punto de encuentro, observó a Percy buscándola con mirada preocupada. Cuando se acercó, Astrid estuvo a punto de mencionar la necesidad de tomar un taxi hacia el Campamento Mestizo antes de que fuera tarde, pero las palabras se apagaron en su garganta al sentir los brazos de Percy envolviéndola en un abrazo reconfortante. La energía y el entusiasmo que había perdido regresaron en ese momento. Le correspondió al abrazo con fuerza, y no se separaron hasta después de unos segundos, ambos con sonrisas tontas en sus labios y mejillas sonrosadas.
—Gracias por todo, Ads —dijo Percy, utilizando el apodo que solo Annabeth tenía permitido usar, pero Astrid no se incomodó, sintió un agradable cosquilleo en el abdomen.
—Yo debería estar agradeciéndote a ti, Percy. Finalmente salí del campamento en una verdadera misión, y todo por ti. Muchísimas gracias.
Al regresar al campamento, fueron recibidos como héroes y participaron en un festival en su honor. Según la tradición, se ciñeron coronas de laurel y dirigieron una procesión hasta la hoguera, donde debían quemar los sudarios confeccionados por sus cabañas. La mortaja de Annabeth era elegante, de seda gris con lechuzas de plata bordadas. La de Astrid, confeccionada por las cabañas cinco y seis, destacaba por su seda tintada, grabados dorados y bordados de jabalíes rodeados de fuego.
Dado que Percy era hijo de Poseidón, no tenía a nadie que quedará en su cabaña para hacerlo, pero Astrid pidió a la cabaña de Apolo que confeccionarán algo para él antes de que iniciaran la misión. Le hicieron una hermosa mortaja de seda azul, con olas plateadas y un tridente dorado en el centro. A Percy no le agradó mucho la idea de quemarla.
Mientras la cabaña de Apolo dirigía el coro y se pasaban sándwiches de galleta, malvaviscos y chocolate, se sentaron rodeados de los de la cabaña de Hermes, los amigos de Annabeth, algunos de los hermanos de Astrid, y los colegas sátiros de Grover, que estaban admirando la recién expedida licencia de buscador que le había concedido el Consejo de los Sabios Ungulados. El consejo había definido la actuación de Grover en la misión como: "Valiente hasta la indigestión. Nada que hayamos visto hasta ahora le llega a la base de las pezuñas." Astrid se sentía muy feliz y orgullosa por él.
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DANDELIONS, percy jackson
Fanfic✧˚ · . Astrid estaba ahogándose poco a poco en un mar de autodestrucción, por lo cual fue una gran ironía del destino que sería el hijo del Dios del Mar quien la salvará. Y también que Astrid le tuviera miedo al mar. percy jackson fanfiction percy...