14. El partido de quidditch

420 65 101
                                    

El desayuno era el habitual asunto agitado de la mañana siguiente; los Slytherins chiflaban y abucheaban mientras cada miembro del equipo de Gryffindor entraba en el Gran Comedor.

Lucy echó un vistazo al techo y vio un cielo azul claro, pálido: un buen augurio.

Había decidido bajar a desayunar temprano, con Pelos al hombro. Pensó que Seamus estaría allí, porque los días de partido se levantaba el primero junto con Dean, pero al llegar al Gran Comedor, no encontró a Seamus por ningún lado.

—¿Sólo vas a desayunar eso? —inquirió Pelos, mirando el vaso de leche que Lucy tenía delante. El conejo se había puesto un jersey que le había hecho la abba Gadea con los colores de Gryffindor.

—No, tranquilo —replicó Lucy, sirviéndose zumo y unas tostadas. No tenía mucha hambre, pero sabíaque debíadesayunar bien. Además, tenía muchas ganas de jugar, pero no quería hacerlo mal en su primer partido. A su lado, Dean comía sus cereales con algo de nerviosismo.

—Mira, ahí viene el capitán —le señaló a Lucy. Harry y Ron se sentaron en la mesa de Gryffindor, algo alejados de ellos— . Creo que tu primo está más nervioso que yo.

Ron estaba pálido y tenía la mirada perdida. No parecía haber dormido bien. Lucy se sintió un poco mal por él.

—¡Chicos! —exclamó una voz detrás de ellos. Era Jimmy Peakes, que parecía haber despertado con mucha energía—. ¿Habéis terminado de desayunar? ¿Podemos ir juntos a los vestuarios? Lucy, ¿podemos repasar los movimientos clave?

Dean y Lucy se miraron y pusieron en pie, mientras que Pelos se marchó en busca de Hermione. Pero fue La pelirroja quien se encontró con ella antes de avanzar por el comedor.

—Creo que Harry le ha hechado felix felicis al zumo de Ron —susurró Hermione. Lucy abrió los ojos de par en par.

—¿Está tonto? —murmuró—. ¡Pero si no se puede hacer eso antes de un partido! Como le pillen... ¿Y Ron se ha tomado el zumo?

—¡Sí! Dios mío, estos dos, cuántos dolores de cabeza... ¡Ojalá no les pillen!
Hermione les deseó suerte en el partido y se sentó a desayunar en compañías de Pelos.

El césped escarchado crujió bajo sus pies al dirigirse hacia el estadio. Hacía un buen clima; Dean estaba callado, nervioso, y Lucy y Jimmy no podían dejar de hablar acerca de las estrategias del partido.

Ginny y Demelza ya vestían sus túnicas de Quidditch y esperaban en el vestidor. Harry y Ron habían llegado también.

—Las condiciones parecen ideales —dijo Ginny en cuanto Dean y Lucy salieron con las túnicas puestas—. ¿Y adivinad qué? Al cazador Vaisey de Slytherin le pegó una bludger en la cabeza ayer durante su entrenamiento, ¡y está muy adolorido para jugar! Y mejor que eso, ¡Malfoy también está enfermo!

—¿Qué? —dijo Harry.

—¿Está enfermo? —repitió Lucy con una sonrisa—. ¿Qué le pasa?

—Ni idea, pero mejor para nosotros —dijo Ginny brillantemente—. Están jugando con Harper en su lugar; él está en mi curso y es un idiota.

Salieron a la cancha hacia unatumulto de rugidos y abucheos. Un extremo del estadio era un sólido rojo y dorado; el otro, un mar de verde y plata. Muchos Hufflepuffs y Ravenclaws habían tomado partido también: Entre todo el griterío y aplausos, Lucy pudo escuchar el distintivo rugido del famoso sombrero de león de Luna Lovegood.

Harry caminó hacia Madam Hooch, el árbitro, quien estaba parada lista para soltar las pelotas del baúl.

—Capitanes, daos la mano —dijo ella—. Montad vuestras escobas.

Lucy Weasley y el Príncipe Mestizo ✔️ [Lucy Weasley IV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora