HARUKI
En toda la semana no vi a Dominik. Supuse que estaba ocupado con las clases, así que esperé a que él viniera a verme. En todos estos días me había dado cuenta de varias cosas; la primera, que no puedo dejar de pensar en él. Incluso tengo sueños donde ambos salimos a caminar por las calles tomados de las manos. La segunda, que incluso nos besábamos, y por último y la más dolorosa, es cuando no lo veo, me siento vacío e incluso triste. Dominik se ha adentrado tanto en mí, que no hay forma de sacarlo.
La tarde del viernes nos quedamos de ver a las 6:30 afuera del restaurante. Ya eran las 6:47 cuando lo vi llegar. Vestía una camisa blanca con tirantes y unos pantalones de algodón color negro.
—Lamento llegar tarde —se disculpó—. El profesor Heinrich no me dejaba ir hasta terminar el trabajo.
—Entiendo.
—Y bien, ¿qué plan tienes para hoy? —preguntó.
—Sígueme —dije—. Espero que te guste la música.
La tienda de discos estaba a unas cinco cuadras de donde nos encontrábamos. Era una de las pocas que había en la ciudad. El dueño de esa tienda suele tener una variedad de música internacional. También te deja escucharla al menos por diez minutos.
—¿Como es que conoces más Múnich que yo? —preguntó esbozando una sonrisa.
—Bueno, eso es porque siempre estoy en busca de lugares —respondí mientras buscaba un disco—. ¡Lo encontré!
Tomé el disco vinilo que estaba buscando y lo alcé.
—Este debes escucharlo —se lo extendí y él lo tomó.
—Frank Sinatra —leyó en voz alta.
—Ven, vamos a reproducirlo.
Coloqué el vinilo en el tocadiscos, y en segundos comenzó a sonar una canción llamada I never smile again.
—¿Hay alguno que a ti te guste? —curioseé después de un rato.
—De hecho, sí —respondió. Lo vi alejarse hacia los discos, hasta que tomó uno y regresó a donde estaba—. Este, es mi favorito.
Tomé el disco vinilo. Era de The Beatles.
—Bien, hay que reproducirlo.
Comenzó a sonar una canción llamada Love me do. Era bastante alegre y movida. Mientras mirábamos más discos, desvíe la mirada hacia Dominik que comenzó a tararear la letra. Solté una risa discreta.
Después de un rato, estábamos rondando por el lugar. Dominik estaba del otro lado de donde me encontraba, cuando me llamó.
—Mira esto, Haru —alcancé a oír su voz.
Caminé hacia él para ver lo que me decía, me señaló un folleto pegado en la pared.
—¿Qué es?
—Hoy en la noche habrá un show en vivo de música Jazz —comentó con entusiasmo—. Debemos ir.
Miré el folleto, era verdad, a las 8:30 de la noche comenzaba el show de música.
—Y dice que es gratuito —añadió.
Pagué el disco vinil el cual le regalé a Dominik. Él estaba muy feliz porque era su primer vinilo. Salimos de la tienda y comenzamos a caminar. Faltaba una hora para que comenzara el show, así que mientras tanto, decidí hacerle unas cuantas preguntas.
—¿Por qué decidiste mudarte aquí? —inquirí.
—Fue porque quería estudiar medicina —respondió.
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La vida que no tuvimos
RomanceDominik es un joven Alemán que ha llevado una vida difícil, un día se ve obligado a hacer algo que le cambiará la vida, pero no sin antes conocer a Haruki, un joven Japonés algo peculiar y curioso que le hará ver el mundo de una perspectiva diferent...