Capítulo 21

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HARUKI

Llevaba varios días desde que Dominik se fue a la casa de su padre. Estos días no se sienten igual desde que no lo veo. Extraño tanto escuchar su voz. Quiero tocarlo, besarlo y que él también lo haga. Cada día que pasa se sienten tan lentos, que no puedo incluso salir de la cama. Y ahora cuesta el doble sonreír desde la tristeza.

—¿Te pasa algo? —preguntó mamá.

—Estoy bien —respondí mientras lavaba los tazones que acabábamos de usar.

—Estos días te he visto muy triste, ¿Es por tu amigo? ya tiene que no lo veo rondando por aquí.

—Su padre no quiere que nos volvamos a ver, y aparte hizo que se mudara de nuevo a su casa, debido a que quiere casarlo con alguien.

—¿Y eso que tiene que ver contigo?

—Simplemente no soy buena influencia para su hijo.

—¿Influencia? ¿A que se debe?

—Él se enteró que Dominik y yo... —me detuve antes de terminar.

—Permíteme la discreción, pero ¿Ese joven y tu tienen algo? —alcé la vista para verla—. Te conozco Haruki, jamás te había visto así, y lo poco que vi de aquella amistad, fue que era diferente.

No pude responderle, debido a que no encontraba las palabras correctas.

—Escucha Haruki —continuó mamá—. No te estoy juzgando, eres mi hijo y siempre apoyaré las decisiones que tomes en la vida, pero debes de ser listo en lo que te conviene y lo que no.

—Mamá, yo lo amo —confesé, pude sentir su mirada fijamente en mí.

Hubo un momento de silencio, hasta que habló.

—Lo siento mucho Haru, eso debe de estar lastimándote —comentó con calidez—. Ven aquí.

La miré bastante sorprendido. Mi madre se acercó y me dio un abrazo, fue cuando solté en llanto.

—Siempre has sido un joven que se complica la vida —escuché que dijo, solté una risa entre lágrimas—. Ahora ve, y bebe un poco de té, eso te ayudará a tranquilizarte.

Se alejó un poco para tomar la tetera, la vi servir té en una taza de vidrio. Me extendió la taza y yo la acepté gentilmente. Le di un trago saboreando el sabor.

—Es té de manzanilla —comentó.

Aquella noche cuando me fui a dormir, Dominik estuvo rondando mis pensamientos.
Comencé a llorar de tan solo recordarlo, que se me dificultó respirar.

Hubo noches donde me dormía llorando, llegué a pensar que tal vez tenía que acostumbrarme a esa idea de que él nunca regresará. Mis noches se resumieron en lágrimas y en corazones rotos.

A veces me dejo llorar por horas, descubrí que es la única medicina que puede salvarme.

* * *

Había salido a deambular por las calles una tarde del sábado. Después de que Dominik se hubiera ido, todo me parecía insignificante. Las calles ya no tenían el mismo sentido de siempre, ahora todo me parecía triste y amargo. Y donde quiera que iba o miraba, me recordaban a él. Era difícil sacarlo de mi pecho y de mi corazón.

Una parte de mí siempre está en otro lugar, a veces cuando mi madre me habla, es como si yo ya no estuviese aquí. Tal vez una parte de mi alma murió el día que lo vi irse.

Me acosté en la cama mirando el techo pensando en Dominik. ¿Qué estará haciendo? ¿Estará pensando en mí? Me pregunté porque la vida a veces era tan injusta. Entonces un día recordé las palabras de Dominik "La vida suele ser incierta, y muchas veces no importa cuanto lo deseamos, simplemente no puede suceder". Quizás lo nuestro no pueda suceder sin importar lo mucho que lo deseamos, al final, es imposible de que suceda.

Saqué una libreta y comencé a escribir en ella:

Tal vez no termines con la persona que tanto amas. Tal vez así no es como funciona la vida. Tal vez termines por romperte y jamás volver a recuperarte. Tal vez el amor a veces llegue a doler y no habrá nada que cure aquella herida. Tal vez no consigas lo que quieres. Tal vez el amor no es lo suficiente para poder salvarte. Tal vez aquella persona es como tu suéter favorito, pero llega un día que te cansas de él y terminas por dejarlo, pero no completamente debido a que todavía lo aprecias. Tal vez dejar ir al amor de tu vida sea la decisión más difícil que vayas a tomar. Tal vez alejarte no es el mayor error, ya que es lo mejor y único que puedes hacer. Tal vez irse silenciosamente es lo más valiente. Tal vez en otra vida, ambas personas se vuelvan a encontrar y así por fin ser feliz. Pero en esta vida, tal vez no lograremos estar juntos.

La vida que no tuvimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora