La vida que no tuvimos

Capítulo 27

HARUKI

Me encontraba sentado en la cama mirando la luz del sol que entraba por mi ventana. No tenía idea de que hora era, ni mucho menos en que día estaba. Afuera el mundo parecía normal, pero la realidad era que en mi propio mundo se estaba desmoronando. Desvíe la mirada hacia aquella fotografía de él leyendo en el jardín de la universidad, es el primer recuerdo que tengo de él, y podría jurar que aún puedo oírlo decir. «¿Qué haces? ¿Me acabas de tomar una fotografía?» en ese entonces no sabía con exactitud que pensar sobre él, pero de algo que estaba seguro, fue que logré percibir en mí un nuevo sentimiento inexplicable.

Cada vez que cierro los ojos, todo lo que veo es a él. Puedo sentir el aroma de su colonia rodearme por completo y hasta escuchar aquella voz profunda hablando sobre lo que se le ocurra en esos momentos. Pronuncio su nombre y entonces vuelvo a estar en aquel jardín de hace apenas unos meses. Puedo sentirlo cerca de mí mientras yo lo observo leer detenidamente, entonces alza la vista y me mira fijamente a los ojos, me da esa mirada que tantas veces me perdí entre sus pupilas y finalmente me besa.

Aún puedo recordar levantándose de la mesa y caminar hacia mí con pasos firmes. Lleva puesto una camisa blanca impecable con una corbata oscura del mismo color que su pantalón holgado, unos zapatos negros de charol y un gorro de paja. De repente me quedo sin respiración contemplando aquel chico que me dirige la palabra, aquellos ojos azules es lo primero que noto y entonces sonrío al deleitarme con tan maravilloso rostro. Me pregunta sobre lo que he hecho y yo le respondo que estudio fotografía. Me disculpo y entonces me pregunto si todo comenzó precisamente allí y en aquel instante.

Y ahora me doy cuenta que nada de eso volverá a suceder. Dominik se ha ido, y se ha llevado una parte de mi alma con él. Nunca volveré a verlo sonreír o tan siquiera escuchar su voz. A veces la vida duele más que la propia muerte.