La vida que no tuvimos

Epílogo

Los nervios me invaden por todo el cuerpo. La gente comienza a llegar y muchos me saludan y me felicitan. Está es mi primera exposición fotográfica. Después de la muerte de Dominik, había decidido hacer todo aquello que me había propuesto. Me costó mucho volver a empezar de nuevo, volver a sonreír o volver a tomar fotografías, porque en ninguna de ellas estaba él. Y cada día era como si una espada se clavara más profundo dentro de mi ser.

Las fotografías de Dominik estaban por toda la sala que incluso podía sentirlo a mi lado en estos momentos. Me detuve para mirar fijamente aquella imagen de él sentado en aquella mesa, fue la primera vez donde lo vi. Jamás me arrepentiré de haberlo molestado aquel día y menos, haberle mentido por borrarla.

En la pantalla del otro costado se muestra el video que grabé en el viaje de tren a Augsburg, en él se encuentra Dominik sentado cerca de una fuente mirando el atardecer, voltea hacia la cámara y me encuentra con ella hacia su dirección.

"Ven aquí Haruki, siéntate a mi lado"

Yo camino hacia él sin dejar de grabarlo, enfoco la cámara en su rostro y él sonríe.

"¿Estás grabando?"

No le respondo, sino que volteo la cámara hacia mí y ahora nos grabo a ambos, todo sale un poco borroso debido a los movimientos con la cual tomé la cámara. Y entonces se corta y todo termina. Pero ese no es el único, Dominik había grabado uno en nuestro último día juntos, antes de que se fuera a casa de su padre. En el video sale él sentado en el suelo de su antiguo departamento mientras sostiene la cámara, carraspea para después mirar fijamente el foco de la cámara.

"Haruki, sé que estás triste porque me iré y te dejaré solo, no sabes lo mucho que me duele hacerte esto, tal vez me odies por las decisiones que tenga que tomar en un futuro, pero quiero que sepas, que eres la persona que más he amado, y que siempre amaré. Aún no me he ido y ya te extraño"

Me limpio las lágrimas que han salido y sonrío al recordar a Dominik y todos los momentos que vivimos juntos.

Cada día que pasa he aprendido que no hay forma de que deje de doler la ausencia de él. Descubrí que el duelo no tiene una cura. No importa el tiempo que pase, siempre dolerá de la misma forma. Hay días donde me levanto y lo recuerdo, entonces me pongo a llorar como si hubiera sido ayer.

Aquel dolor que me dejó nunca se irá, solo aprenderé a vivir con él, porque eso es lo único que me mantiene con vida. Pienso que si recuerdo cada momento que pasé con Dominik, significa que sigue aquí conmigo. Y que todos los momentos tristes que vivimos, nunca existieron.

Si me preguntan, ¿Cómo se supera la muerte de alguien? No tengo la respuesta. No imagino mi vida sin amarlo. Mientras tanto, hago lo que nunca antes había hecho. Me mudé a Berlín para estudiar fotografía. Me gradué hace un año de la carrera y hoy al fin, he logrado hacer mi primera exposición fotográfica. He descubierto que la vida continúa, y mientras esté aquí, lo mantendré a él por el resto de la eternidad en mi corazón y en el de muchas personas.

Algún día te encontraré Dominik, y esta vez, seremos felices.