𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐨𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

Capitulo 29 "Ruleta Rusa"

Holaa a todos, quería aclarar unas cuantas cosas respecto al capitulo pasado.

1) RAYIS JAMAS FINGIO TENER LA AFECCION, SOLAMENTE FINGIO SENTIRSE MAL PARA ATRAPAR A LEVI. 

2) RAYIS NO MANDO A MATAR A ISABEL.

3) Abran mas situaciones similares donde rayis ocupara su mente fría para los hechos que vendrán mas adelante. El disparo a Levi es nada a comparación de lo que hará después.

4) Me gustaria que se pusieran un poco en el lugar de rayis, imagínate si el amor de tu vida te engaña con absolutamente todo y tu te tienes que quedar callada ya que quieres ser feliz aunque sea un tiempo hasta que no aguantas mas y explotas.

Gracias por leer, VOTEN Y COMENTEN.

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- Levi Ackerman-

Hace tres días atrás.

En aquel día donde el lago danzaba entre nuestros pies todo fue de mal a peor pero antes ya había empezado de la mierda.

Gritos, clamados de ayuda y aquella crisis donde la atrapaba en el comienzo.

— Buenos días, Señor Rivaille— Me saluda Primore con su típica sonrisa cínica que disfraza su verdadero carácter.

— Buenos días— Le conteste de buena manera aunque en el fondo de mi corazón quería asesinarla.

Subí las escaleras de mármol con las suelas de mis zapatos haciendo eco en el pasillo, la puerta de su habitación está abierta con una ligera luminiscencia plasmada en el piso. Oigo las voces graves de los hermanos Galliard además de su despedida hacia su hermana menor, cuando quedamos frente a frente puedo apreciar sus marcadas ojeras bajo sus orbes marrones y color miel. Bostezan y cómo pueden me saludan con un gesto formal con sus manos.

Eran las nueve de la mañana y en su calendario no habían reuniones de su prestigiosa empresa durante toda la mañana, solamente en la tarde en el horario donde yo no estaba. Sirvo unas tazas de té para desayunar junto a ella, preparó emparedados y corto rodajas de frutas frescas sobre la mesa. De fondo se escuchan los pájaros y me transporto a un futuro imposible donde estamos desayunando frente a un prado de girasoles con el viento jugueteando entre las hebras de nuestros cabellos.

Un futuro que no sucederá.

— ¡Mamá! ¡Basta! ¡Te juro que no hice nada!

Sus gritos que provienen de su habitación me alarman y dejo todo lo que estaba haciendo para correr a la velocidad de la luz hacia su habitación. Al estar en el umbral de la puerta puedo avizorar sus ojos cerrados y su cabello revuelto en la almohada.

Una pesadilla.
Otra pesadilla más.

— Tranquila, cariño— Me recuesto a su lado acariciando sus omoplatos esperando que mi voz pudiera disipar aquel horrible recuerdo.

— Yo no lo hice, detente, me duele mucho...— Murmura con un gimoteo en su voz, un hilo se forma en ella y la bomba de oxígeno trabaja más rápido que antes.

— Cariño, no es real, es solo una pesadilla — Utilice exactamente las mismas palabras que usó mi madre en aquellos días donde los traumas de la muerte de Sebastián me acorralan en el momento en que caigo en los brazos de Morfeo.