𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖 "𝐀𝐦𝐢𝐬𝐭𝐚𝐝𝐞𝐬"

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- Levi Ackerman -

Una fuerte nevazón interrumpió las carreteras de la ciudad, las calles estaban congeladas y las máquinas con sal ya no daban más abasto.

Agradecía que ambos estuviéramos frente a la chimenea, estiraba mis manos para aprovechar el calor que emanaba de la chimenea.

Habían pronosticado temperaturas bajo cero durante estos días pero lo compensaría temperaturas agradables la próxima semana.

Escuchábamos por la radio los relatos de las personas que quedaron atrapadas en la nieve.

Julieth leía desde su tableta una columna de opinión sobre exportaciones, de vez en cuando me pedía que anotara lo más importante en su libreta para repasarlo más tarde.

Ya habían pasado dos semanas desde que entre a trabajar a la mansión, mi tercera semana investigando el paradero de la caja fuerte quedándome solo dos meses y una semana para finalizar el trabajo.

Estas últimas semanas pude sacar mi verdadera personalidad.

Aquella plática sobre mi verdadera personalidad sucedió después de una reunión con su amiga Annie Leonhart.

Me comunico con su típico tono calmante y convincente de que siempre daba sonrisas falsas, cínicas como le decía ella.

Ella conocía a las personas, podía leerlas a simple vista.

Después de aquello, adopté mi lenguaje más vulgar y de calle como le decía mi madre. Maldiciendo cuando encontraba algo sucio, ocupando el humor negro con Jul y en una que otra ocasión opinaba sobre los empresarios de su empresa.

Eso parecía agradarle, hablábamos el mismo idioma y eso nos acercaba cada vez más.

— Rivaille— Me habló mientras tomaba un sorbo de té desde su bombilla.

— Dime.

— El Doctor Jaeger me acaba de enviar una minuta con mis comidas, ¿Podrías imprimirla?— Pide para luego volver a su lectura.

Dejo mi periódico sobre la mesa, sacudo mis pantalones haciendo una mueca de dolor debido a lo caliente de mis pantalones.

Me dirigí hacia su oficina para encender su impresora, coloque algunas hojas sobre esta y ella envió los documentos hacia esta.

Espere unos segundos hasta que los papeles salieran.

Tome uno de estos para repasar los y estudiarlos cuando volviera a mi departamento.

Mientras leía sus comidas me di cuenta que estaba iniciando un programa para que la peli castaña subiera de peso y aumentara sus proteínas.

Hange me había informado que si ella aumentara sus proteínas dejaría de ingerir una buena cantidad de medicamento, ayudándola a subir de peso.

Sonreí disimuladamente mientras le daba uno de los papeles, dejé el otro en el refrigerador apoyado con un imán y el último lo dejé en mi bolso.

— Wow, finalmente dejaré de ser un esqueleto— Comenta entre risas.

Camine hasta su lado, sentándome nuevamente en uno de los sofás.

— Al fin algo bueno.

— Debemos hacer la fisioterapia, luego de ello podrás ir a almorzar— Pide frunciendo su ceño.

— Ve a tu habitación— Le ordeno mientras me levanto para alcanzar mi bolso.

La semana pasada, debido a las frías temperaturas, su médico no pudo venir para hacer los ejercicios. Ni mucho menos su kinesiólogo.

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐨𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora