𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐨𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟑 "𝐋𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐍𝐨𝐯𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞"

Holaaa, quería decirles
que desde abril vuelven los capítulos semanales 🥺🎉

Me ayudarían un montón si pudieran VOTAR Y COMPARTIR la historia.

Gracia por leer la historia, falta poquito para el primer aniversario de Querido Caos.

Advertencias: Maltrato psicológico.

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- Julieth Galliard -

No he sabido nada
de Levi en un mes.

Las noches se vuelven cada vez más largas, me acompañan las velas y los constantes regaños de Kuchel para obligarme a caer en los brazos de Morfeo. Se siente bien aquella preocupación, siempre quise tenerla e incluso, unas cuantas veces, tengo conciencia de que estoy durmiendo sobre el escritorio pero a la mañana siguiente estoy sobre mi cama; vestida en pijama, con sábanas limpias y un buen desayuno en mi mesita de noche.

Mis orbes arden al despertar, la luz que traspasa las cortinas me indican que es otra mañana donde no escucho sus ronquidos o acaricio su azabache cabello. Gimoteó, nuevamente quiero llorar porque la rutina volverá.

La imagen de Levi a mi lado es simplemente angelical, ya sea durmiendo con su semblante completamente relajado u observando el cielo con nubes intentando descifrar las figuras que se forman en ellas.

Y aunque él no vea nada, se esfuerza para complacerme.

Es un día de lluvia, hay truenos y relámpagos. Las llamas de la chimenea son vivaces, abrazan en calor a Kuchel quien me está tejiendo una cárdigan de color amarillo ya que al parecer Levi le dijo mi color favorito— jamás se lo he dicho a la señorita Kuchel—. Frente a ella, vistiendo unos jeans color negro y una blusa de igual color, Mikasa sigue buscando información de universidades a las que pueda postular.

Por mi parte estoy observando el teléfono rojo, el cual recibiría la llamada de Levi en cualquier momento y quería ser la primera en hablar con él. Es jodidamente egoísta aquello pero estoy desesperada, quiero verlo y decirle aquello que he practicado noche tras noche.

No ha existido ninguna noche en que yo no he practicado aquellas palabras.

— Cariño, debes tomar tus medicamentos — Deja la madeja de lana a un lado, está a punto de levantarse pero la detengo.

— Ya no debo tomar medicamentos, los médicos dijeron que no debía hacerlo— Le respondí con una sonrisa amable, la punta de mis dedos se pasean por el sofá en el cual estoy sentada.

— Oh, entonces deberíamos usar las muletas... ¿Vamos?— Ahora ella está levantada, sonríe y se le ve hermosa. Me atrevería a decir que su belleza es única en este mundo.

— Claro, solo...

El teléfono comenzó a sonar.

Aquel sonido cubre toda la habitación y sonrió ampliamente por ello, rápidamente atiendo y clamó por su presencia. Debo esperar unos cuantos segundos ya que conecta el cable para que no identifiquen nuestras voces ni mucho menos nuestra ubicación.

— ¡Levi! ¡Cariño!

— Julieth, soy Kenny.

— ¿Por qué se demora tanto en hablar? ¿Eh?— Pregunte de manera tosca y con cierto enfado, farfulle y susurre maldiciones en su contra.