𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒𝟕 "𝐍𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞"

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Advertencias: Contenido sensible, violencia y se habla levemente de abuso sexual.

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Julieth Galliard

Unas semanas
después del fin del caos.

Mis manos temblaban al igual que todo a mi alrededor, obviamente ese todo era una metáfora no comparable con lo que ocurrió hace unas semanas atrás.

— ¡Ayuda! —Exclamaba con todas mis fuerzas, me niego a abrir mis ojos para saber que todo está volviendo a ser como antes— ¡Ella me está golpeando!

Ya no llamaba a mi padre, solo a él...
A mi Querido Caos.

¿Dónde estarás ahora, Levi?

Conozco sus pasos, son veloces aunque la distancia entre la sala de estar y mi recámara esté a unos diez pasos aproximadamente. Sus pasos son torpes y rápidos en estas circunstancias, abre la puerta de mi alcoba para luego levantarme bruscamente. Logro que mi nublada vista se enfoque en algo, aquella neblina en mi mirada se disipa al entrar en esas ojeras y marrones ojos, luego se detienen en su expresión de preocupación.

Extiende su mano en dirección a la lámpara de noche, la tenue luz ilumina el tanque de oxígeno y mi semblante. Pero tambien iluminan y dejan a la vista de su persona mis heridas, las que me provoco Primore.

— Juli, esta es la quinta noche que tienes pesadillas desde que volviste—Murmura, solamente acato a gimotear.

— Marcel, las pesadillas jamás van a acabar...

Aquella pesadilla de un futuro que obviamente lo predije comienza aquí y ahora, cuando termina el plan Alcatraz y empieza el final de todo.

La pesadilla es el
final del caos.


***


Actualidad, a
unos pasos del caos.

El sonido del gatillo siendo jalado se oye como un estruendo, un relámpago quebrando la faz de la tierra pero que no logra destruirla por completo.

— ¿Q-Qué carajos?—Cuestiono a sí mismo Marco.

Jalo repetidas veces el gatillo, mismo ruido pero no el efecto esperado. Una risa nasal salió de mis labios al ver su mueca de confusión cambió en un chasquido de dedos en el preciso instante que yo tomé el arma bajo el cojín y le apunté, quitando el seguro de las balas y cargándola.

— Julieth, t-tu no le dispararías a nadie—Balbucea a lo cual simplemente reí— tú eres muy buena.

— Te equivocas, querido amigo...—Apunte en dirección a su entrepierna, su manzana de Adán se mueve por lo cual deduzco que trago saliva por los jodidos nervios— si pude dispararle al amor de mi vida, ¿Qué me impide dispararte y quemarte vivo por todas las atrocidades que has cometido?

— Julieth yo te ame a ti y solo a ti, no tengo ojos para Lilith...— Como si fuera más patética su situación, él se arrodilló y gateó en dirección a mis piernas y las abrazo. Obviamente lo patee.

— ¿De verdad crees que esto es por Lilith y la aventura que tuviste con ella?—Asintió un par de veces, lo cual hirvió mi sangre de rabia— ¡Hijo de puta! ¡Tú querías verme muerta! ¡Me amarraste a una cama con los ojos vendados! ¡¿Acaso tienes memoria a corto plazo?! ¿¡Acaso eso tuvo que ver con Lilith!?

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐨𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora