𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐨𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟑 "𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐂𝐚𝐨𝐬"

- Levi Ackerman -

Estaba atrasado.

Un episodio de insomnio me atacó de imprevisto la noche anterior, prácticamente trotaba desde la parada de autobuses hasta los portones de aquella casona.

Reflexione sobre mis situaciones sentimentales y la gente que me rodeaba, pero por sobre todo mi situación con Petra.

Petra me estaba evitando, ya no me hablaba. Solamente charlamos sobre asuntos puntuales del plan y los comportamientos de Jul.

En una de las reuniones que tuvimos después de aquella extraña reacción en la cafetería junto con Hange, llegamos a la conclusión de que debíamos apresurarnos pero actuar con mayor cautela.

Petra nos recordaba continuamente que Juli no era estúpida ni mucho menos despistada. Cuando mi compañera aún vivía con su familia, su padre comentaba diariamente la inteligencia de la joven que a temprana edad descubrió irregularidades en la empresa antes de que su padre falleciera.

Básicamente todo el mundo se sorprendió por aquello, ¿Cómo una joven de diecisiete años sin ninguna experiencia como empresaria pudo hacer tal hazaña?

Debíamos estar más pendientes de su estado de ánimo, esa era mi tarea. Los demás debíamos apresurarnos en verificar el mensaje que dejó Will Galliard.

Introduje las llaves en la cerradura, que me habían entregado el día que oficialmente comencé a trabajar, y apresure aún más mi paso hasta que casi chocó con el auto de Marcel quien iba en marcha hacia atrás. Rápidamente se baja de su auto, pensaba que se molestaría conmigo a causa de mi impuntualidad pero fue todo lo contrario. Con su traje formal y su teléfono en mano se acerca a mí con su rostro que a estas alturas de estar trabajando aquí aún no podía leer.

— Gracias a dios que viniste— Habla entre susurros mientras se acerca a mí, mira a ambos lados como si verificara que nadie nos estuviera escuchando.

— Le ocurrió algo a Julieth, ¿Verdad?

El negó con su cabeza antes de hablar algo temeroso:

— Alguien vendrá en la tarde...— Me comienza a explicar antes de darme la siguiente orden—... Necesito que este fuera de la casa hasta que sean las cuatro de la tarde, en el caso que lleguen antes por favor entren por la puerta principal y no la del patio trasero... ¿Entiendes?

Asentí con mi cabeza extrañado por su actitud tan repentina, Marcel se estaba convirtiendo en el mejor actor del mundo.

Una vez que él se marchó en su auto de lujo, entró a la mansión subiendo por las escaleras. El sonido de unas máquinas y unos hombres charlando llaman mi atención, retrocedo unos pasos y atisbo desde la distancia a hombres barbudos y delgados bajando de una escalera que desconocía totalmente. No sabía a donde llevaba ni mucho menos que había otra escalera cercana a la habitación de Jul.

Al llegar a la habitación, dejó sobre el perchero mi chaqueta; aunque las temperaturas ya eran más agradables aún sentía la necesidad de traer un abrigo ya que podría quedarme hasta más tarde.

— ¡Llegas tarde!

Me recrimina desde su oficina, solamente me limito a suspirar pesadamente ante su actitud. Estaba trabajando en su computadora asuntos importantes de su empresa

— Me quedé dormido— Me excusó mientras levantaba mis hombros quitándole importancia al asunto.

Escucho el típico sonido de su silla eléctrica arrastrándose por el piso, al verla completamente y frente a mi pareciera estar salida de esas revistas de modelos que aunque estuvieran hasta los huesos, su belleza se había quedado plasmada en ellas.