Capitulo 16 "Entre promesas y negociaciones"

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- Levi Ackerman -

- Además de enano, eres lento.

Se burlaba entre carcajadas Mikasa haciendo que me arrepintiera de pasar el día libre con mi familia.

Cortábamos madera en la profundidad del bosque, así podríamos mantener la temperatura de la cabaña ya que al estar alejada de la ciudad - específicamente en un lugar montañoso - las temperaturas no eran nada agradables en cualquier estación del año. Además, el Doctor Grisha estaba en mi morada haciendo diagnósticos y preparando a mi madre para una examinación más profunda.

- Ya te dije que odio que me llames así- Reclame para luego cortar un pedazo de tronco de roble a la mitad. Ciertas gotas de sudor se deslizaban por mi rostro pero las limpiaba rápidamente con mi mano.

- Agh, siempre regañándome- Habla en tono burlón.

Mikasa no tenía clases aquel día, así que encontrarme con ella preparada con burlas sobre mi estatura había sido un pase al infierno.

- Nunca lo hago, - Hice una pausa para luego continuar- bueno, cuando te lo mereces.

Rueda sus ojos para luego acomodar la madera en un cajón que llevaríamos más tarde, luego de limpiar el lugar y ordenar los troncos nos preparamos para volver.

- Oye, Levi.

La mire algo confundido, hace mucho tiempo que no me llamaba por mi nombre.

- Dime- Seguí con mis labores de limpieza, pero me tuve que detener porque las palabras no salían de su boca. Se mantenía cabizbaja mientras jugaba con sus dedos.

- Gracias.

- ¿A qué viene eso? ¿Es una nueva forma de chantaje?

Se acerca a mí rápidamente proporcionándome un golpe en mi hombro que no me había dolido en absoluto.

- ¡Claro que no! - Exclamaba- Quería agradecerte por abrirme los ojos, pedazo de enano.

Básicamente mis neuronas demoraron en conectarse pero al saber de qué trataba todo esto, me limité a abrazarla por la espalda.

- Solo quiero que mi madre lo haga también, aún lo ve en sueños. Mi padre...

- Sebastián, jamás vuelvas a decir que es tu padre- Corregí con dureza.

- Sebastián fue un puto maltratador, solamente rogaba a que tu volvieras a casa cada día para que él se detuviera- Se aferró aún más a mi cuerpo hasta que sentí mi polera humedecerse.

Estaba llorando...

- No le había hablado de esto a nadie pero...- Tomo aire antes de continuar, sabía que era un tema difícil para ella- Lo escuchaba hablar con su hija, siempre la elogiaba e incluso le hablaba a mamá como si nada de ella.

Sebastián se había divorciado de su esposa, jamás había dicho el motivo tan solo teníamos en cuenta que tenía solamente una hija.

- No pienses más en eso, te hace daño- Recomendé.

- ¿Podre ser mejor que ella? Digo, algún día alguien se sentirá tan orgulloso de mí para hablarles a todos de mis logros.

- Yo conozco a alguien que está orgulloso de ti- Con suavidad la separo de mi cuerpo, posicionando mis manos en ambos hombro de mi hermana menor.

Me miraba algo confundida - ¿Quién?

- Yo.

Minutos más tarde, esperábamos en una banca en las cercanías de la cabaña. Devorábamos unos emparedados mientras charlamos sobre asuntos de la escuela, además de planear una salida al riachuelo que estaba cerca de la cabaña.

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐂𝐚𝐨𝐬 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora