Capítulo 24

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Cami.

— ¿Qué te parece en noviembre?

— ¿Noviembre? —pregunté arrugando la frente. —pero hace frio, no podré usar un vestido en noviembre.

— ¿Agosto? —alzó una ceja.

— ¿No prefieres en primavera?

Daniel y yo seguíamos discutiendo la fecha de nuestra boda, aprovechamos que nos encontrábamos solos en el departamento pues Ian y Frank habían salido por unas cosas que necesitaba el mayor de los Wilson para su viaje, ya que mañana mismo tomaría un vuelo de regreso a su universidad.

En este momento me encontraba sentada en su regazo y sus manos estaban alrededor de mi cintura brindándome un poco de calor del repentino frio de la noche.

—¿Marzo? —preguntó depositando un beso en mi hombro.

Asentí rodeando su cuello con mis brazos, la sola idea de pensar en nuestra boda me hacia sentir millones de mariposas en mi estomagó, aún me costaba acostumbrarme a que me casaré con el amor de mi vida.

—Cuatro de marzo. —dije con una sonrisa.

— ¿Cuatro?

—Es tu número favorito.

Su boca se estiró en una sonrisa antes de llenarme el rostro de besos.

—Te amo. —murmuró entre besos. —No puedo creer que nos casaremos en nueve meses.

Entonces dejé de sonreír, Daniel notó mi repentino cambio de humor y luego sentí que quise arrancarme el cabello a tiras.

— ¿Qué pasa?

—La boda será dentro de nueve meses. —repetí más para mí que para él. —Tenemos muy poco tiempo para organizarla, mierda, necesitamos empezar a buscar la iglesia, el salón, el vestido...

Hice un ademan de levantarme, pero Daniel me sujetó de la cadera para que permaneciera en sus piernas.

—Nena...

—Tenemos que mandar a hacer las invitaciones, oh por dios, aun nos falta encontrar padrinos para...

—Nena. —Daniel me tomó del rostro. —Tranquilízate, respira, aún falta nueve meses.

—Es muy poco tiempo. —trague saliva.

—Podemos contratar a alguien que nos ayude con los planes de la boda.

Lo miré, perpleja.

— ¿Sabes cuándo cuesta algo así?

Él se encogió de hombros.

—El dinero no es problema, lo sabes.

Solté un suspiró.

—Olvidaba que estaba comprometida con un millonario.

Sonrió, pero no dejó de verme a los ojos.

—No lo soy, pero si tengo suficiente dinero para hacer la boda de tus sueños realidad.

— ¿La boda de mi sueños? —pregunté divertida. — ¿Qué hay de la tuya?

Apartó un mechón rosa de mi rostro.

—A mí no me importa mientras me case contigo.

—Que romántico eres. —me burlé.

—No es que no sea romántico, pero yo no tengo idea de como organizar una boda, no se que es lo que necesitas para que sea perfecta y para mí lo será sea como sea porque me casaré con la chica mas hermosa de todo el jodido mundo.

¡Nosotros! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora