Cami.
Nuestro picnic terminó cuando Daniel recibió una llamada de su hermano para avisar que ya se encontraba en el restaurante junto a Frank, esa era nuestra señal de que teníamos que marcharnos, así que le ayudé a guardar las cosas dentro de la canasta y terminamos la ultima rebanada de pastel con prisa.
—Creo que no voy a tener hambre por lo que resta de la noche —murmuré con la boca llena y él sonrió. — ¿Qué?
—Tienes un poco de chocolate, aquí. —se inclinó hacia mí y con la punta de su lengua retiró la mancha de chocolate en la comisura de mi labio. —Ya está.
Sonreí y lo seguí al auto para dejar las cosas en la cajuela.
—Antes de que subas al auto. —dijo abriendo la puerta para mí. —Tengo que decirte que voy a vendarte los ojos.
—Ya sé a dónde vamos, no es necesario que...
—Hay otra sorpresa. —sonrió y vi el brillo entusiasta en sus ojos.
— ¿Otra? —pregunté. — ¿Cuántas sorpresas me has preparado hoy?
—Bastantes. —dijo con una sonrisa y acto seguido sacó una venda de color negro de la guantera y la colocó alrededor de mi cabeza provocando que no viera nada más. —Ahora, voy a ayudarte a subir ¿de acuerdo?
—No hagas que lamente haber venido aquí contigo. —murmuré y él rio.
—Confía en mí.
—Siempre lo hago.
Puso su mano sobre mi cabeza y me ayudó a subirme al auto con mucho cuidado y previniendo que no golpeara, una vez que cerró la puerta escuché como subió también y encendió el auto.
— ¿Todo bien? —preguntó al dar reversa. — ¿Por qué sonríes?
—Son los nervios. —admití. — ¿Quieres decirme porque te gusta hacerme esto?
—No estoy haciendo nada, nena. —pero pude distinguir la diversión en su voz.
Fruncí el ceño a pesar de que no podía verme y decidí guardarme todo tipo de comentarios. No sabia porque le gustaba hacerme sufrir con tanto misterio, sabía que nos dirigíamos al restaurante italiano que quedaba a un par de calles del centro de Los Ángeles, pero no entendía porque tenia que vendarme los ojos ya que sabia exactamente donde estaba, Daniel condujo por lo que me pareció una eternidad hasta que nos detuvimos y el silenció reinó en el lugar.
— ¿Llegamos?
—Si, pero aún no puedo quitarte la venda.
— ¿Por qué tanto misterio?
—Ya lo sabrás. —abrió la puerta del conductor y la cerró, imaginé que rodeó el auto hasta que abrió la puerta del acompañante y me tomó de la mano.
—No quiero payasos. —murmuré sintiendo el frio en mis piernas.
—No habrá payasos. —rio y luego me tomó de la cintura para guiarme a quien sabe dónde. —Cuidado, hay un escalón aquí ¿lo sientes?
—Si. —dije levantando el pie.
Daniel tocó la puerta de algún lugar y después escuché el rechinido de esta cuando fue abierta.
— ¿Nombre? —preguntó un hombre con voz grave.
—Daniel Wilson.
—Adelante. —ladró este.
Mi prometido me ayudó a entrar y el olor a encerrado inundó mis fosas nasales, hice una mueca de asco, pero fue en vano porque el olor no desaparecía, a medida que nos adentrábamos pude escuchar el sonido de la música, donde sea que estuviéramos las bocinas estaban a punto de reventar porque podía meterse en tu cabeza y hacerla explotar si quisiera.
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¡Nosotros! (+18)
Novela Juvenil》Segunda Temporada de ¡Eres tú!《 Cami ha logrado superar su pasado, ha sido capaz de dejar todas las cosas malas detrás logrando enfocarse solamente en su futuro y en el chico que lo incluye. Daniel esta cumpliendo su sueño y se ha convertido en uno...