Capítulo 40

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Cami.

— ¿Qué quieres decir con que tenemos un problema?

Daniel es una persona con mucha paciencia y en este momento nada de ello era visible.

—Estos son asuntos importantes y privados.

Jerry dijo esto último lanzándome una mirada y Daniel hundió sus cejas.

—Es mi prometida, está bien que esté aquí.

Jerry asintió y vi de reojo que Abby se mantuvo indiferente ante la información.

—De acuerdo. —se aclaró la garganta. —Estuvimos revisando tu cuenta bancaria ya que necesitamos tener la actualización y descubrimos que han estado retirando dinero en otro lugar del país.

Daniel y yo compartimos una mirada de preocupación.

— ¿Cuánto?

Abby le mostró un par de hojas y él las tomó e inmediatamente comenzó a leerlas.

—La última vez que retiraron efectivo fue hace un par de semanas, dos mil dólares. —comentó Jerry.

—Y antes de esa hubo otras, sumando una cantidad de nueve mil en total. —señaló Abby.

Mierda, mierda, mierda. ¿De verdad alguien le estaba robando dinero? ¿Cómo era posible?

—Debieron clonar tu tarjeta en algún lugar. —observé y él no me miró porque seguía leyendo la hoja que tenía en sus manos.

—Aquí dice que todas las veces que retiraron dinero fue en Chicago. —observó mi prometido y levantó la mirada. —Ya controlé ese problema.

— ¿Qué? —pregunté extrañada.

— ¿Ya tenías conocimiento de estos retiros? —Jerry lo miró. — ¿Por qué no nos lo dijiste?

—Fue un mal entendido. —le entregó las hojas a Abby. —Mi hermano la uso sin mi permiso, pero ya solucioné eso, así que todo está en orden.

Estaba confundida y un poco dolida de que no me hubiera dicho nada al respecto, pero no repliqué ya que debe tener sus razones.

— ¿Eso era todo o necesitan alguna otra cosa?

—De hecho, sí. —asintió Jerry. —Aún tenemos algunos temas que conversar.

—De acuerdo, entonces tomen asiento. —les señaló el salón.

—Amor. —lo llamé en voz baja y él se detuvo antes de seguirlos. —Tengo que salir ¿Puedes cuidar a Maxi por mí? Volveré dentro de una hora.

— ¿Qué? No, nena no puedo.

—Por favor, tengo que ir al gimnasio.

Bufó.

—De acuerdo. —me besó la frente. —Pero si caga en algún lado tu tendrás que limpiarlo.

—Hecho. —sonreí y le di un beso rápido. —Suerte en tu reunión.

Me di la vuelta y entré a la habitación para cambiarme, reemplace los pantalones de pijama por unos leggins azules y la blusa inmensa por un sostén deportivo del mismo color, una vez que me puse los tenis me hice una coleta para que no tener problema con mi cabello y como mi entrenador me lo había aconsejado tuve que quitarme el anillo de compromiso así que lo guarde en un lugar seguro antes de salir, los tres se encontraban aun en su reunión en la sala y Daniel levantó la cabeza en cuanto notó mi presencia.

—Adiós. —moví mis labios sin emitir sonido alguno ya que no quería interrumpir.

La mirada de Daniel cayó en mis leggins y la sonrisa que se le formó en su boca me hizo sonrojar, esa mirada hambrienta y sexi era suficiente volver gelatina mis piernas así que me apresuré a salir antes de que tuviera una loca idea.

¡Nosotros! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora