Capítulo 5

5.9K 335 46
                                    

Daniel

Lo primero que hice al abrir los ojos fue revisar si Cami se encontraba a mi lado, pero me llevé una decepción al darme cuenta que no era así, me levanté de la cama y fui directo al baño para orinar, luego lavé mis dientes y finalmente decidí salir de la habitación.

La escuché antes de verla ya que estaba cantando.

Había algo mejor que hacer el amor con ella y era verla andando por la casa con mi ropa puesta, me prende muchísimo y de hecho ahora mismo ella está usando una de mis camisas de equipo mientras está haciendo el desayuno, la veo desde la entrada de la cocina tararear mientras mueve sus caderas, su cabello rosa cayendo por su espalda hasta llegarle hasta la cintura la hace ver preciosa, Camille es la chica más hermosa que he conocido en mi vida, simplemente me sentía el tipo más afortunado en todo el planeta porque alguien como ella haya decido estar con alguien como yo, aunque para ser sincero no creo tampoco que yo sea un mal partido.

Me sentía muy feliz de verla de mejor humor después de la pesadilla que tuvo a mitad de la noche, odiaba que el imbécil todavía pudiera hacerla sentir pequeña y temerosa, pero sobre todo que ella pensara que el día mas feliz de nuestras vidas se convertiría en una tragedia.

Ella se da la vuelta y da un pequeño salto al darse cuenta de que la estoy mirando, me hizo sonreír ese pequeño movimiento.

–¿Cuánto tiempo llevas allí? –pregunta hundiendo el entrecejo.

–El suficiente para saber que estabas cantando una de tus canciones favoritas. –le digo y ella sonríe.

Comenzaba a sentir un poco de celos de ese Harry Styles, sus canciones la hacían sonreír y bailar muy seguido y no me quejaba en absoluto pues entre más feliz la viera era mejor para mí.

Su sonrisa era como un rayo de sol que ilumina mi existencia.

–Ya casi está el desayuno –avisa al mismo tiempo que comienza a voltear los panqueques.

–No tengo prisa –observo sus piernas desnudas mientras camina de un lado a otro para tomar los platos y cubiertos.

–¡Oye!

Levanto la cabeza de golpe para verla, tiene el ceño fruncido nuevamente.

–Te estoy viendo –dice apuntándome con la espátula.

Y yo no hago mas que sonreír como un niño pequeño, me senté en un taburete mientras la veía maniobrar con la comida, en realidad quería preguntarle si se sentía mejor pero inmediatamente deseché la idea, pues si ella hubiera querido hablar de ello ya me lo hubiera dicho, además no quería ser yo quien arruinara su estado de ánimo.

–Esta noche es el juego.

Ella asiente al mismo tiempo que se da la vuelta y pone un plato con panqueques frente a mí.

–Lo sé, lo tengo anotado en el calendario.

No pude evitar sonreír.

–Iras ¿verdad?

Ella sonríe y rodea la isla para sentarse sobre mi regazo, me besa la nariz y envuelve sus manos alrededor de mi cuello.

–No me lo perdería por nada en el mundo.

–Te amo –la abrazo por la cintura.

–También lo hago –presiona sus labios con los míos y luego baja de mi regazo. –Tengo que arreglarme para ir a la universidad.

–Está bien.

Se da la vuelta y camina hacia nuestra habitación, por otro lado, mi estómago gruñe debido al hambre, así que tomo un tenedor y procedo a comerme el desayuno, para cuando estaba comiendo el ultimo bocado veo a Cami caminar apresurada hacia la sala de estar para mover los cojines con el ceño fruncido.

¡Nosotros! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora