¡Nosotros! (+18)

Capítulo 30

Daniel.

Las suaves manos de Cami se aferraron a mi camisa impidiendo que pueda moverme, la sujeto también con fuerza estrechándola contra mi pecho, no quiero irme, quiero estar con ella todo el tiempo posible, pero era necesario. Ian me necesitaba.

—Regresaré pronto, lo prometo.

—Cuídate mucho. —susurró y levantó la cabeza para verme. —Llámame cuando hayas llegado ¿sí?

Sus ojos mieles se llenaron de lágrimas, le dolía despedirse de mí, acaricié su mejilla y me incliné para besarla, obtuve respuesta de inmediato, se puso de puntillas para lograr alcanzarme con facilidad y nuestro beso fue lo suficientemente reconfortante para no perder la cabeza de camino al avión.

—Pasajeros con destino a Chicago, favor de ascender al avión en la línea cinco. —una voz de mujer que resonaba en las bocinas del aeropuerto me obligó a separarme de mi prometida.

—Estará bien. —Frank, mi mejor amigo estaba a unos pies por detrás de nosotros, dándonos espacio. —Yo la cuidaré.

Asentí y le di un ultimo beso en su preciosa frente.

—Te amo. —susurré.

—Yo también.

Sonrió, pero esa sonrisa reflejaba tristeza, aun así, aparté un mechón de su cabello rosa para colocarlo detrás de su oreja, sabia que le encantaba cuando hacia eso, Cami dio un paso hacia atrás dejando que Frank se acercara y me diera un abrazo.

—Cuídala por mí. —le dije en voz baja.

—Lo haré. —respondió dándome un fuerte apretón. —Ve con cuidado.

Asentí alejándome de él, mi amigo se colocó al lado de mi prometida y le puso una mano en su hombro mientras ella agitaba una de sus manos para decirme adiós, sé que serán por un par de días pero aun así no podía dejar que doliera el dejarlo tanto tiempo sola, me di la vuelta, subí las escaleras eléctricas y arrastré mi maleta hacia la línea de embarque, después de los chequeos rutinarios pude subir finalmente al avión, por suerte la gorra ayudaba mucho a que las personas no me reconocieran así que una vez que me acomodé en mi asiento me puse los lentes oscuros y cerré los ojos para dormir aunque fuera un poco.

Cuatro horas después el avión aterrizó y tomé mi maleta para descender del avión, había logrado dormir solo una hora y la cabeza estaba dándome vueltas, encendí el móvil para enviarle un mensaje a Cami, pero un estado de cuenta se adueñó de la pantalla, revisé la aplicación la cual me decía que habían retirado dos mil dólares hace veinte minutos, fruncí el ceño porque yo no había hecho tal cosa ¿cómo podría si estaba en el avión? Quizá fue Cami, ella podía tomar todo el dinero que necesitara, no me importaba, le envié un texto avisando que había llegado y después guarde el móvil en mi bolsillo antes de arrastrar la maleta, nadie me esperaba cuando salí de las terminales y era porque no le había dicho a nadie que vendría, quería llegar de sorpresa con Ian.

Llamé un taxi el cual me ignoró por completo y maldije para mis adentros a Frank que tenia una maldita suerte con ellos, las calles se veían muy transitadas y por un momento me abrumó la cantidad de gente que pasaba por aquí, por suerte seguían si reconocerme, volví a intentarlo y esta vez uno se detuvo, abordé el vehículo después de guardar mi equipaje en el maletero y saludé al hombre que conducía, la universidad no quedaba muy lejos, lo había estado revisando esta mañana así que me hospedaría en un hotel a un par de cuadras del campus.

—Veintidós con ochenta.

Le pagué en efectivo y salí del auto, tomé mis cosas para entrar al hotel, era bonito, pero había visto mejores, se veía acogedor así que entré a la recepción y después de dar mis datos, me entregó la llave y me dirigí a mi habitación que se encontraba en el quinto piso, desempaqué mis cosas y después tomé nuevamente el teléfono.