¡Nosotros! (+18)

Capítulo 28

Daniel.

Mis labios recorrieron cada centímetro de su precioso cuello, los sonidos que salían de su boca no hacían nada más que ponerme duro y no estaba seguro de porque ahora mismo estaba sediento ante sus encantos, la llevé contra la pared y retiré lentamente con mis dientes la suave tira que pasaba por encima de su hombro, aspirando ese olor único de su piel.

Necesitaba estar dentro de ella en los próximos minutos antes de que me volviera loco. Cami colocó una de sus manos en mi nuca al mismo tiempo que ponía la otra sobre mi hombro para sostenerse, aunque no debería preocuparse por ello ya que yo la tenía tomada del culo.

—Te he extrañado. —susurra suavemente entre gemidos.

Aprieto su trasero y ella jadea, no puedo contenerme.

—Y yo a ti.

Añado antes de volver a besarla, le robó un suspiro cuando presionó mi erección contra su intimidad, a pesar de que ambos tenemos ropa puesta puede sentir lo duro que me tiene.

Sin más preámbulos la llevó a la habitación, suelto un quejido cuando mi pie tocó la base de la cama, la maldita lesión va a pasarme factura, pero no en este momento, de ninguna manera permitiría que me arruinara esto, colocó a Cami sobre la cama y le quitó la blusa después el sostén y ¡Madre mía! Sus pezones rosados me dan la bienvenida, me inclino para succionarlos y ella arquea la espalda mientras una de sus manos se pierde en mi cabello oscuro.

Cami no tenía lo pechos grandes, pero si de un tamaño perfecto que podría cubrir con mis manos, levanto la mirada justo cuando mi lengua acaricia su sensible piel y puedo ver como sus ojos claros se encuentran con los míos, esta excitada y no puedo estar más orgulloso de mi por provocarlo.

—Por favor... —pide entre jadeos.

—Por favor ¿qué?

—No me tortures... —se arquea cuando muerdo suavemente la punta de su pezón. —Por favor.

Que me suplique lo hace mil veces mejor, obedezco alejándome de sus pechos y me quitó la camisa por encima de la cabeza, puedo ver como sus ojos siguen cada movimiento y soy consciente de que se ha mordido el labio sutilmente, la parte superior de su cuerpo esta desnudo pero aun necesito verla completa, así que me apresuro en desabrochar los botones de sus jeans ajustados y se los quito en cuestión de segundos, engancho los dedos en sus bragas rojas y las deslizo por sus piernas para que quede completamente expuesta ante mí.

—Separa las piernas. —mi voz suena más grave de lo normal.

Ella lo hace y verla así, completamente vulnerable, dispuesta para que la haga mía me ha hecho que la polla se me endurezca más, meto la cabeza entre sus muslos y siento como se ha puesto tensa.

—Relájate.

Quiero probarla, hacerle ver lo mucho que la he extrañado y como estoy loco por devorar ese precioso coño.

Cuando notó que me ha obedecido recorro con la punta de mi lengua su zona femenina, suelta un suspiro cuando siente mi húmeda boca en sus pliegues, mierda sabia increíble, había estado fantaseado con esto desde que la vi, sus manos toman mi cabello y lo estira cuando meto mi lengua más profundo.

Me gusta.

—Oh... —gime.

Separo sus rodillas un poco más para tener un mejor acceso, con mi pulgar acaricio su punto sensible al mismo tiempo que mi lengua sale y entra de su coño húmedo, me encantaba que siempre estuviera lista para mí, bastaba con tocarla así para que estuviera dispuesta a entregarse a mi todas las veces que quisiera.