Capítulo 1

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Cami

El rumbo de mi vida había cambiado tantas veces de sentido que había momentos en los que no sabía dónde me encontraba, tantas buenas y malas experiencias me llevaron a crear una idea diferente de lo que realmente significaban muchas cosas, todo cambio, yo cambie. Y no fue para mal, en absoluto, todos teníamos que madurar con el pasar del tiempo y durante estos tres meses en los que estaba viviendo junto a mi novio, mejor dicho, prometido, habían hecho que mi vida tomara nuevamente otro rumbo.

Daniel había cambiado todo al pedirme matrimonio delante de nuestras familias hace un par de semanas, incluso por más que observara el precioso anillo en mi dedo me era imposible creer que realmente iba a casarme con él. Muy tonto, ¿no? Es solo que es algo que aun no proceso bien, es decir, tengo dieciocho años, vivo en Los Ángeles y estoy por casarme con mi mejor amigo, estoy tan emocionada que apenas y puedo hacerme a la idea.

– ¿Cami?

Salgo de mis pensamientos al escuchar su voz.

– ¿Sí? –grito mirando la puerta del baño.

–Nada, solo quería asegurarme que estabas bien.

Sonrío y cierro la llave, llevaba ya un poco más del tiempo usual en la ducha pero era porque mis pensamientos siempre se le ocurrían salir a flote cuando estoy tomando un baño, envuelvo mi cabello en una toalla blanca para luego tomar la bata de baño y ponérmela, abro la puerta solo un segundo antes de que Daniel viniera en mi dirección y me tomara de la cintura para pegar sus labios a los míos, algo que en definitiva me tomó por sorpresa.

Quería preguntarle la razón pero cuando comenzó a desabrochar la bata de baño no tuve que hacerlo, sabía exactamente lo que quería hacer, sus manos se metieron dentro de mi bata acariciándome la piel, sonrío contra sus labios y coloco mis manos sobre sus hombros desnudos, su boca desciende hasta llegar a mi cuello y yo suspiro al mismo tiempo que siento una leve mordida, últimamente Daniel y yo no hemos parado de hacer el amor y es porque simplemente descubrimos lo increíble que es hacerlo, aprendimos muchísimas cosas y sobre todo lo increíble que es sin ruidos externos, sin esa sensación de que alguien vendrá a interrumpirnos en cualquier momento, teníamos el departamento para nosotros dos y no había razones para contenernos, excepto una.

–Daniel... –suspiro y trato de apartarlo un poco.

– ¿Qué pasa? –pregunta al mirarme a los ojos, esta agitado y sobre todo entusiasmado. – ¿No quieres?

–No, si quiero, pero mañana es mi primer día en la universidad y... –observo el reloj que está a un lado de la cama, sobre la mesita de noche. –Son las once de la noche, no quiero desvelarme.

–Prometo que no nos desvelaremos tanto –sonríe y yo ruedo los ojos también sonriendo, con él era imposible.

–Mañana, lo prometo –tomo sus mejillas e inclino su cabeza para depositarle un suave beso en su frente.

Él suspira profundamente y entra al baño.

– ¿Qué haces? –le pregunto mientras me vuelvo a ajustar la bata de baño.

–Voy a tomar una ducha –dice y cierra la puerta. –Necesito un baño de agua helada.

Me rio muy bajito, lo suficiente para que no pueda escucharme y tomo mi pijama, que suele ser una camisa de él y mis bragas, antes solía ser una chica tímida al mostrarle mi cuerpo, pero a medida que pasaba el tiempo Daniel me hizo darme cuenta que no tenia porque avergonzarme, me hace sentir hermosa con cada beso, caricia y cada mirada, él era el causante de que recuperara la seguridad que había perdido hacía mucho tiempo.

¡Nosotros! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora