Capítulo 47

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Cami.

El aire fresco de la noche me golpeó cuando salimos del club, supe que Daniel me tenía en sus brazos, pero en algún momento pasé de ellos a los de Frank que estaba hablando con alguien, las voces se escuchaban muy lejanas, como si estuviera en una especie de túnel y por más que intentara abrir mis ojos estos simplemente no cedían.

—Cami ¿me escuchas?

Moví la cabeza.

—Vamos a ponerte en el auto, dobla las piernas.

Sentí la suavidad de los asientos traeros cuando me senté, después me obligaron a recostarme, alguien levantó mis piernas para después ponerlas en el interior y cerrar la puerta, mi cabeza estaba dándome vueltas en este momento.

— ¿Dijo que se tardaría mucho? —escuché la voz de una chica, pero no sabía si era Nicole. — ¿Lo esperamos?

—No lo sé, pero no me gusta estar más tiempo del necesario en estos lugares, nuestros autos no pasan desapercibidos aquí y no quiero arriesgarme.

Levanté mi mano para apartar el montón de cabello rosa que tenía sobre mi cara, lo sentía y era fastidioso, pasé los dedos por mi hombro y mis ojos se abrieron de par en par al notar que me faltaba algo.

—Mi bolso.

Nicole se encontraba en el asiento de copiloto, giró su cabeza al escucharme.

— ¿Qué pasa?

—Olvidé mi bolso ¿lo viste por aquí? —pregunté sentándome y mirando a mi alrededor.

—No lo traías cuando salimos.

Me acerqué a la puerta todavía sintiendo que la cabeza me daba vueltas.

—Debí dejarla adentro.

— ¿A dónde vas? —preguntó cuando yo ya estaba saliendo del auto.

—Cami. —me llamó Frank, pero yo los ignoré.

Tenía que ir por mi bolso. Mi teléfono, dinero, tarjetas, todo estaba allí y no quería arriesgarme a que alguien las encontrara e hiciera mal uso de ellas. Suficientes problemas teníamos ya como para lidiar con algo como eso.

Caminé tambaleándome hacia la puerta por la que creo que habíamos salido, la verdad mi estado de orientación era una mierda en este momento, continué dando traspiés hasta la puerta, pero algo me llamó la atención, por el rabillo del ojo vi que algo se movía a unos cuantos metros.

No había mucha iluminación, así que solo pude distinguir a una pareja besándose.

¿Jack y Estela?

No quería ser entrometida pero la curiosidad me ganó, así que me acerqué y cuando me di cuenta que quien se estaba besando con Estela no era Jack, si no Daniel el alma se me cayó a los pies.

No pude moverme, no pude respirar, no pude emitir palabra alguna solo... solo sentí que algo dentro de mí se rompió.

Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando vi que Estela tenía las manos en las mejillas de Daniel y él la tomó de la cintura para estamparla contra la puerta del auto fundiéndose en un beso que me dejó claro que no era la primera vez. No pude continuar mirando, me di la vuelta y caminé de regreso al auto, mis mejillas ya estaban inundadas cuando abrí la puerta.

— ¿Encontraste tu bolso? —preguntó Frank mirándome por el retrovisor y yo negué con la cabeza.

No podía hablar, tenía un nudo en la garganta y prácticamente sentí como si me hubieran arrancado el corazón. Era un dolor inexplicable, uno muy fuerte en mi pecho que me obligaba a poner una mano sobre este mismo.

¡Nosotros! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora