Capítulo 16

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Daniel.

El sol se encontraba en su punto más alto cuando abandonamos el estadio, gracias a que habíamos ganado el juego Vincent estaba complacido con nuestro rendimiento y nos dijo que dentro de los próximos días nos diría donde será el nuevo enfrentamiento, amaba jugar futbol y vivir de ello, pero detestaba separarme de Cami sobre todo cuanto estaba tan cerca su cumpleaños.

Ya tenia planeado como la sorprendería ese día, incluso Frank me estaba ayudando y aunque no éramos expertos organizando fiestas estaba seguro que esta iba a encantarle después de todo ella también había organizado mi fiesta sorpresa de cumpleaños meses atrás, jamás podría hacer algo que superara a ese regalo, cuando ella dijo si al ser mi novia, pero haría todo lo que pudiese para estar a la altura.

—Tengo que irme.

Estaba tan concentrado en mis pensamientos que no me di cuenta cuando Cami tomó su mochila del suelo, miró el reloj y soltó un chillido de angustia, se inclinó a mi para darme un beso.

— ¿Tienes clases?

—Si, dos. —se colocó la mochila sobre su hombro. —Regresaré antes de que me extrañes.

Sus labios presionaron los míos con delicadeza.

—Ya te extraño.

—Ustedes dos sí que son muy cursis. —dijo Frank apartando la mirada.

Cami rodó los ojos con diversión.

—Si Nicole estuviera aquí no diría lo mismo. —susurró ella contra mis labios y sonreí.

—Llévate el auto. —le di las llaves y ella asintió.

—Nos vemos. —caminó hacia la puerta y se despidió con la mano de Ian que estaba saliendo de la habitación de invitados, un segundo después escuché esta cerrarse.

— ¿A dónde va? —preguntó mi hermano en cuanto se sentó a mi lado.

—A la universidad. —respondió Frank. —Por cierto, deberíamos aprovechar para terminar los últimos detalles de su fiesta sorpresa.

— ¿Tienes planeado algo? —Ian me miró y asentí.

— ¿Kim y Nicole vendrán? —pregunté esta vez dirigiéndome a mi mejor amigo.

—Nicole si, Kim no lo sé. No ha respondido mis mensajes.

—Bueno, que estamos esperando. —Ian se puso de pie. —Tenemos una fiesta que organizar, faltan menos de cuarenta y ocho horas para que tu prometida cumpla años, andando.

Nos levantamos y fuimos directo al estacionamiento del edificio de junto ya que como Cami se llevó el auto tendríamos que movernos en el Porsche amarillo de Frank, Ian volvió a enloquecer cuando vio su auto, me reí cuando dijo "Bastardos afortunados" después de elogios e insultos nos subimos a este para ir a unos de los mejores clubs en medio de la ciudad, no tuvimos problemas al entrar debido a que el lugar estaba desierto, un hombre de tal vez unos cuarenta años nos recibió con una sonrisa, era grande, rechoncho y con un peluquín negro.

—El lugar aún no está en servicio, como pueden ver. —extendió los brazos refiriéndose al solitario club, solo había tres chicas que estaban limpiando las mesas y preparando todo para esta noche. —Pero pueden volver al anochecer y con gusto les brindaremos un servicio.

—No vinimos a beber. —me apresuré a decir. —Quiero reservar el lugar para una fiesta.

El hombre del peluquín alzó las cejas, sorprendido.

— ¿Todo el lugar?

Asentí.

—No saldrá barato, muchacho.

¡Nosotros! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora