¡Nosotros! (+18)

Capítulo 15

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Cami.

El reloj marcaba las dos de la mañana cuando decidí levantarme de la cama, había tenido otra pesadilla y no importaba cuantas vueltas diera en la cama no lograba conciliar el sueño, tampoco quería despertar a Daniel ya que estaba plenamente dormido, verlo calmaba mi ansiedad, pero esta noche no lo lograba, salí de la habitación para tomar un poco de aire, pero me llevé una sorpresa al ver la luz de la cocina encendida.

— ¿Tú tampoco puedes dormir? —preguntó Ian en cuanto entré.

Usaba unos pantalones de pijama azules y una camisa sin mangas blanca, por el pesar de sus ojos noté que ni siquiera había dormido, negué con la cabeza y me senté junto a la isla.

— ¿Quieres café?

—Por favor. —pedí apartándome el cabello revoltoso de la cara.

Me sirvió una taza y la dejó frente a mí, después tomó asiento en la silla de junto y bebió de este, el silencio reinaba así que bajé la vista a la taza que reposaba entre mis manos temblorosas y traté de olvidar la pesadilla que me había obligado a levantarme, el odio hacia Josh no había disminuido en absoluto y dudaba que alguna vez pudiera hacer desaparecer el rencor que vivía dentro de mí.

— ¿Estas bien?

Ian colocó su mano sobre las mías, me hizo reaccionar y darme cuenta de que tenía los nudillos blancos al sujetar la taza con demasiada fuerza, reaccioné soltándola y poniendo mis manos sobre la mesa.

—No. —murmuré con un hilo de voz. —Y no se si pueda estarlo.

— ¿Aun piensas en lo que sucedió? —su preocupación me hizo levantar la cabeza para verlo.

—Nunca lo he olvidado.

Sus ojos se veían tristes, incluso por un momento me pareció que comprendía lo que sentía.

—No te culpo. —asintió apartando su mano. —no debe ser fácil olvidar por lo que has pasado.

Mis ojos comenzaron a arder por las lágrimas, pero no eran de tristeza si no de coraje, no iba a volver a derramar una lagrima por ese idiota, no merecía siquiera que pensara en él, pero no podía negar que me hizo daño y que ese daño me perseguiría por siempre.

—Eres fuerte, Camille y no lo digo como un cumplido cualquiera, sino porque he visto por todo lo que has pasado y sigues siendo tú, luchas para seguir adelante y admiro eso.

—No he sido la única por la que ha pasado por cosas horribles. —lo veo fijamente y él aparta la mirada.

—He hecho cosas malas, Cami. Cosas de las cuales no estoy orgulloso y no soy ni la mitad del hombre que crees.

Toqué su hombro y la comisura de su labio se elevó un poco.

—Tú y Daniel son los chicos más valientes que conozco y no quiero hablar sobre lo que sucedió porque aún me afecta, pero no sé de alguien que haya sobrellevado la perdida de sus dos padres tan bien como tú y él lo han hecho. —sus labios formaron una línea dura. —A veces tenemos la mala costumbre de subestimarnos a nosotros mismos y no darnos cuenta de lo fuertes que somos.

Levantó la cabeza para mirarme, se veía tan vulnerable que no pude soportarlo y lo abracé con fuerza, no sabía si podía hacer que se sintiera mejor pero mientras estuviera aquí haría todo lo que estuviera a mi alcancé para ayudarlo, como él lo había dicho en algún momento éramos una familia, me consideraban parte de ella incluso antes de que tuviera una relación con Daniel y me hacía sentir afortunada.