¡Nosotros! (+18)

Capítulo 32

Cami.

Llegué a casa completamente exhausta, dejé mis cosas sobre el sofá y fui directo a la cocina a buscar algo para comer, mis sesiones de estudio con André se estaban volviendo cada vez más difíciles y a medida que avanzaba creía que podía manejar el francés, pero ¡pum! André aparece de la nada con una lista de sinónimos y miles de cosas que aún me cuesta entender, aunque no voy a mentir al decir que su ayuda ha hecho que mi nota mejorara así que si, valía la pena la tortura a la que sometía mi cerebro dos horas diarias.

Tomé un poco de pollo frito que guardé esta tarde en el refrigerador y lo calenté en el microondas, mientras esperaba revisé mi teléfono solo para comprobar si tenia algún mensaje o una llamada de Daniel pero nada, tal vez se encuentra con Ian y si era así no pensaba interrumpirlos, así que me fui a cenar al sofá con la cubeta de pollo frito en mi regazo, encendí el televisor y me puse a ver orgullo y perjuicio al final terminé llena de lágrimas a pesar de que ya la había visto un montón de veces, esta no era mi idea de pasar un viernes por la noche, sola y con la boca llena de grasa pero no tenia otros planes así que me pasé las siguientes horas viendo películas románticas lo cual no fue bueno porque me hicieron extrañar a Daniel.

Mis pensamientos depresivos desaparecieron cuando mi teléfono sonó, detuve la película para responder esperanzada de que pudiera ser él, pero me encontré con la foto de André haciendo una mueca.

—No has tenido suficiente con torturarme hace unas horas si no que también piensas hacerlo por teléfono. —dije y él rio.

—Te torturaré todo el tiempo que sea necesario si eso significa que obtendrás una A en francés. —sonreí a pesar de que no podía verme. — ¿Estas lista?

Fruncí el ceño.

— ¿Para qué?

—Para ir al club, te dije que saldríamos este fin de semana ¿Lo olvidaste?

¿Olvidarlo? Ni siquiera recordaba que hubiéramos hecho planes hasta que lo escuché, fue como la voz reveladora de mis pensamientos.

—El día que fuimos por el helado.

—Oh. —asentí, aunque fue estúpido porque no podía verme. —Si, lo recuerdo, pero ¿De verdad quieres salir? Es tarde y tengo sueño, seré una pésima acompañante.

— ¿Dime que estás haciendo justo ahora en un viernes por la noche?

—Pues... —bajé la vista a mi comida. —Estoy comiendo pollo frito y tengo un maratón de películas amorosas.

—Deprimente. —se burló, aunque sabía que no lo decía enserio. —No puedes desperdiciar un viernes así, anda, alístate, pasaré a recogerte en media hora, Luci ya se apuntó así que si no vas serias algo así como la peor amiga de todas.

Mi mandíbula se desencajó.

—Eso ha sido un golpe bajo.

—No es traición si lo piensas. —dijo aun divertido por mi acusación. —Es una motivación para que disfrutes de un viernes por la noche, con amigos.

—De acuerdo. —bufé apartando la cubeta de comida. —Pero necesitaré más de media hora.

—Cuarenta minutos y no doy más. —imaginé que sonreía. —Nos vemos entonces.

Terminó la llamada y yo me quede mirando la pantalla con una sonrisa en la cara, su actitud me recordaba a Nicole solo que versión masculina, recogí el poco desastre que hice en el sofá y entré al baño para ducharme, después lave mis dientes para borra cualquier evidencia de que había estado comiendo comida grasienta y corrí hacia el armario, tenia treinta minutos para estar lista así que busqué algo bonito para usar esta noche pero recordé que tenía la mayoría de mis vestidos en la tintorería lo cual me obligaba a usar el vestido que compré unos días después de mi cumpleaños.