Capítulo 46

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Daniel.

Me acomodé la bragueta al salir de los baños, la gente estaba borrachísima cuando regresamos a la zona VIP y por suerte nadie se había dado cuenta de nuestra ausencia, excepto una persona.

— ¿Dónde carajos se meten ustedes dos? —Nicole se acercó con el ceño fruncido. —Me tienes buscándote como loca.

Cami se trató de acomodar su cabello rápidamente con los dedos y luego sin decir nada tomó el vaso que le estaba ofreciendo su amiga y lo bebió todo de un solo trago, sonreí para mis adentros.

—Carajo. —Nicole la miró con los ojos abiertos. —Parece que corriste un maratón.

Mi prometida se limpió el resto de agua con el dorso de su mano y tomó a su amiga.

—Vamos a bailar. —la arrastró hacia las escaleras y juntas descendieron hacia la pista de baile.

— ¿Dónde estabas, hermano? —Frank se puso a mi lado mientras observaba la pista. —Los chicos estuvieron preguntando por ti.

Me encogí de hombros.

—Un poco ocupado.

— ¿No me digas que te fuiste a coger nuevamente a los baños? —preguntó y mi sonrisa me delató. —A ti sí que te vale mierda todo.

Mis ojos recorrieron la pista de baile en busca de mi chica, pero las luces de colores me dificultaban el trabajo, el Dj cambió la música y todos gritaron cuando Don't Stop the Music de Rihanna sonó en los altavoces, mis ojos se enfocaron en la chica de cabello rosa que levantaba sus manos y comenzó a descenderlas por su cabeza pasando por las curvas de su cuerpo y juro que estaba comenzando a sentir como mi pantalón comenzaba a apretarme otra vez.

— ¡Wilson!

Me di la vuelta tratando de concentrarme en Wester, pero la bebida me tenía mareado ya.

—Sigues tú. —levantó la botella de champan. —Da el ultimo trago.

Hice la cabeza hacia atrás y abrí la boca permitiendo que vertiera el resto de la botella, cerré la boca una vez que la terminé y sacudí la cabeza a causa del mareo.

— ¡Van a terminar muy mal! —escuché a Estela por encima de la música.

—Tranquila belleza, tenemos todo controlado. —respondió Wester.

Después Klaus se acercó con una ronda de shots para todos y me di cuenta que si seguíamos a este paso terminaríamos en el suelo. Estela lo tomó, pero me miró con desaprobación cuando me bebí este de un trago.

— ¿Qué?

—Nada. —dijo ella apartando la mirada.

No estaba de humor para tolerar los reproches de nadie así que dejé el vaso sobre la mesa y continue viendo como mis amigos se divertían. No sé en qué momento la zona en la que nos encontrábamos se comenzó a llenar de chicas, suponía que mis compañeros las habían invitado a subir así que no me sorprendí cuando una de ellas se me acercó con una mirada coqueta.

— ¿Por qué tan serio? —preguntó poniéndose a mi lado.

Tenía la boca pintada de un rojo carmesí y un vestido que dejaba muy poco a la imaginación, al ver que no le respondí puso una mano en mi hombro.

— ¿No quieres bailar?

—No te ofendas. —me aparte sutilmente. —Pero no estoy interesado.

Ella entrecerró los ojos.

—Todos dicen eso y siempre caen.

—Pues yo no, vine aquí con mi prometida así que...

— ¡Carla! —gritó uno de mis compañeros. — ¡Déjalo en paz!

¡Nosotros! (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora