Capitulo 16.

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Los últimos dos meses habían sido relativamente tranquilos, Katsuki coqueteaba, sonreía, gruñía, lo buscaba; los tiempos convulsos habían sido demasiados y la distancia a veces era molesta; el ritmo de su relación siempre la llevó él, lo entrenó para saber cómo besarlo, que decirle, que partes tocar y cómo; era una bomba que además de todo era caliente, le gustaba el contacto, lo buscaba; estos tiempos tranquilos había aprovechado, y ahí estaban de nuevo, entre gemidos y sudor, encerrados desde quién sabe qué hora en la habitación, "era la última vez que lo harían ahí" le había dicho mientras le lanzaba la ropa a la cara y se ponía de rodillas sobre la orilla de la cama; también a él le gustaba, la sensación cálida, la presión, tenían un ritmo fuerte y Katz clavaba la cara en la cama, la espalda arqueada y las caderas levantadas; hasta los dedos de los pies se le contraían. Shoto prefería verlo de frente, pero aquel panorama tampoco le disgustaba, no le había dado ni tiempo de quitarse la ropa, en segundo lo tenía sentado sobre las piernas en la silla de escritorio besándolo y al siguiente su güero le pedía desde la orilla de cama que lo penetrara, tenía la playera sostenida por los dientes y los pantalones apenas un poco bajo la cadera; había estado tan caliente estos tiempos de paz que apenas y necesito jugar con sus nalgas y ano, era un poco como si su cuerpo se hubiera ya moldeado para él, conocía cada rincón y cada gemido, pero seguían siendo embriagadores; los tiempos de torpeza habían pasado ya; sus sesiones se alargaban y se volvían más placenteras, lo podía sentir en el tono de los gemidos, en los músculos que se sacudían y contraían con el contacto, en la piel que se erizaba y lo poco refinado de los gritos que le pedían más, comenzó a moverse más lento, a ir más profundo, quería sentir un poquito cada uno de los rincones dentro de él. La puerta resonó, pero no se detuvo, subió la profundidad y dureza de las estocadas,

-Bakugou: All Might y Aisawa sensei decidieron traer la cena como un regalo, me he comisionado para pedirte que bajes con el resto de la clase, estos serán los últimos días juntos, el resto considera importante....- dijo Iida desde la puerta, no esperaban la cortesía, sabían que no se asomaría, Momo lo acompañaba,

-maldición, voy, voy- gritó entre gemidos intentando sonar normal, pero la voz se le iba, tenía la boca abierta y sentía su cuerpo mecerse al ritmo de Shoto que no se había detenido al escuchar aquello, parecía que quería que lo escucharan,

-bien, te dejamos, aún debemos avisar a Todoroki-San; sólo faltan ustedes-

-No es necesario, en un momento bajamos- le contestó Shoto

Supuso que desde la puerta se podían escuchar a la perfección los gemidos de Katsuki, sabía que entre más profundo y rápido fuera esos sonidos graves tendían a subir, le encantaba su rostro de rojo y ese par de lagrimitas que le brotaba, la boca completamente abierta y los gemidos graves, bufaba y pedía, "más, joder, más duro" y ese segundo donde se arqueaba completo y lo buscaba para asirse de él un par de segundos antes de venirse; le gustaba más tenerlo de frente. Katzuki mordió el cobertor y se aferró con las manos, todo su cuerpo dio un brinco y se corrió; ¿tal vez aún lo pudieron haber escuchado, no?

Ya no iban a esconderse entre las paredes de sus habitaciones o en la casa de los Bakugou, los tres más difíciles años de sus vidas terminarían bien pronto, lo habían hablado, lo harían con naturalidad, sin explicaciones. Shoto se acomodó la ropa y ayudó a su güero a limpiarse los restos de sexo de los muslos y las nalgas, le daba besitos por todas partes,

-idiota, no te pudiste detener para dejarme contestar- le dijeron al oído. Pero para qué, era escandalosamente sexy tenerlo así, le importaba bien poco el resto. El secreto de su relación pesaba ya demasiado; tenían planes juntos, querían tener ya la oportunidad de andar por las calles tomados de la mano, ahora podían darse el gusto, Endevour seguía intentando congraciarse con su familia, no le quedaría de otra que aceptar y sus compañeros de clase ya no eran esos niños de hace 3 años, tenían los cuerpos llenos de cicatrices y las mentes enfocadas; demasiado había pasado como para además seguir en el closet.

Dejaron la habitación juntos, se abrazaron y besaron en el ascensor y salieron de él tomados de la mano; Shinso fue el primero en notarlos llamando la atención del resto,

-vengan ya- gritó Eijiro; no iban a explicar nada, solo se comportarían como habían querido hacerlo siempre, Katsuki llevaba el ritmo, como siempre; se sentaron juntos a comer, Shoto espero a que le sirvieran entre quejas y maldiciones.

Katz elegía que comerían e iba acomodando todo frente a ambos, luego lo tomó del hombro y le regaló un beso en la mejilla, era su marca para tomar los palillos y comenzar a comer; todos charlaban pero podían sentir algunas miradas tiernas o tensas, incluso de aquellos que lo sabían de siempre, era una declaración evidente que nadie quería verbalizar, pero habían sacado su rutina privada a un espacio público y estaban seguros de que pronto caerían las preguntas, aunque muy en el fondo sabían que el miedo a esa bomba de tiempo los estaba conteniendo,

-¿parecen novios, quien es la chica?- dijo Mineta sin pensarlo mucho y sin notar los puños cerrados y el ceño fruncido de Bakugou; como fuera el comentario había roto el acuerdo silencioso del resto y abría la puerta a confesiones; Todoroki acarició su rodilla como avisándole que debía dejarle la situación a él,

-Somos pareja- suspiró Shoto -creí que era evidente que ambos somos hombres, no entiendo la duda-

La atención completa de la clase se centró en ellos, ya no había vuelta atrás, lo había dicho, y todas las miradas se concentraron hacia ellos, algunos querían una explicación, sobre todo los amigos de Todoroki que se sintieron dejados a un lado; Uraraka miro a Katsuki, impávido comiendo, y sonrió, se levantó rápido y corrió a abrazarlo,

-¿Mierda, qué haces?, joder, déjame, quien te dijo que me podías tocar- recibió de respuesta, pero ella se sentía emocionada y sabía que no le iba a hacer nada.

Pasaron el tiempo separados, interrogar a Todoroki era igual de inútil que preguntar a Bakugou, sus respuestas eran o confusas o terriblemente directas y en algún momento incluso temió las respuestas que fuera a darle a ese grupo de nerds; su honestidad bruta o su confusión seguían siendo las dos formas en las que se acercaba al mundo; Katsuki no aguantó, se acercó por su espalda y le tocó el hombro, como en automático Shoto se echó para atrás dejándole el campo libre; de sentó sobre sus piernas, quería escuchar la conversación, Iida era el único que parecía querer escuchar la historia, había cierto shock entre aquellos chicos, no entendían cómo esos dos podían coordinar una relación sin matarse, lo cierto era que el volcán que habitaba uno contrastaba y compensaba con las ausencias del otro;

-Katz, deja de moverte tanto- le dijo Shoto al oído y el color de le subió hasta las orejas; lo tenía abrazado de la cintura, se recargó un poco sobre su espalda; lo soltó de golpe y Katsuki sintió una nalgada ligera -vamos ya, estás cansado-

Un silencio sepulcral los rodeó, todos los miraban incrédulos; Bakugou siseó un poco, se levantó, giró en seco y lo beso, sus lenguas se rozaron discretamente y avanzó hacia el pasillo. Aquella sería la última noche que pasarían en los dormitorios de la UA y ese el momento donde un secreto de dos años se rompía frente a todos. 

Un estallido (todobaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora