Capitulo 23

44 4 0
                                    


Katsuki aprovechaba cada alto para acariciar su pierna o recostarse un poco en el hombro, iba algo borracho, Rei los miraba desde el asiento de atrás charlar de cosas mundanas entre esas cortas muestras de afecto: la lavandería, despensa, el orden de limpieza y sus tiempos libres, hacer las compras, los pagos. Le parecía gracioso como su hijo se había convertido en un adulto, lo recordaba centrado por completo en sus entrenamientos y ahora toda su atención estaba en aquella vida sencilla y tranquila, como si la batalla diaria en las calles fuera un efecto secundario, sintió un solo golpe por su espalda que la sacudió, la devolvió a su asiento, luego nada.

Cuando despertó estaba sobre el asfalto con una sudadera negra bajo la cabeza, quiso moverse pero todo su cuerpo estaba como piedra, busco con la mirada, a un costado  algunos metros a su izquierda pudo ver el auto, lo que quedaba de él al menos; recordaba cada momento de aquel día, Shoto peleaba con su yerno, estaba tomado, "así no se puede" le decía y veía a Bakugou hacer pucheros, ella llevaba buena parte del viaje con un poco de ganas de reír de su conversación, quiso buscarlos, podía percibir el sonido de las patrullas a la distancia, lo había pensado, tenía que explicarle a su hijo que aquella noche no había cambiado su forma de pensar de golpe pero que están dispuesta a darles una oportunidad; escucho la voz de Endevour al bajar y el calor de sus llamas, llamaba a su hijo, lo había encontrado, sintió alivio y de pronto se dio cuenta que podía moverse, se levantó, no tenía ni un rasguño, era como si la hubieran sacado del auto antes; miró frente a ella el auto hecho trizas, todo el frente comprimido, busco a su ex marido y lo vio sacando a su hijo del asiento delantero, tenía golpes y estaba inconsciente, corrió hacia ellos, se fijó, busco,

-su novio venía en el asiento del copiloto-

Endevour separo y destrozó aquel auto buscando a Bakugou pero nada, no estaba por ningún lado. Sobre la mesa del apartamento una carta con "Gatito" sin abrir seguía haciendo polvo.

Shoto estaba intentando que su güero se callara, le iba pidiendo cosas "al llegar a casa", pero iba borracho, eso era la marca para llegar a dormir, estaba algo sonrojado, pensaba que su madre iba escuchando todas las peticiones subiditas de tono que le hacían desde el asiento del copiloto, luego un golpe seco, pero no el golpe de un auto, como si una muralla enorme avanzara sobre ellos, luego nada y de Katsuki: solo su celular en un asiento del auto, faltaba hasta su traje. Un par de golpes y algún daño mínimo  en el cuello, estaba bien, sacudía las piernas con nerviosismo mientras lo revisaban en el hospital; escuchó la voz de Izuku y salió corriendo dejando al médico con la palabra en la boca, los vio en el pasillo: Izuku, Hawks, Endevour y Eijiro charlaban,

-¿Katz, dónde está Katz?- dijo tomando a Karishima por los hombros y vio  la cara de preocupación, no tenían idea; lo buscaron por todos lados, primero pensaban que habría sido un ataque y él sacó a su madre del auto para luego ir a cazar al villano, pero no era el caso, las cámaras de vigilancia eran pura estática, sabían que no había otro auto, ese fue el momento en el que la estática apareció, una suerte de aire potente había impactado, luego nada.

Otra vez tenían dieciséis años, Izuku y Eijiro salían del ascensor del apartamento, Shoto estaba en casa de su madre dando vueltas, no lo dejaron ni acercarse, Endevour le explicó que dadas condiciones su presencia podía debilitar la investigación. La puerta estaba abierta, entraron con precaución, todo seguía igual y no, había algo de desorden, impensable para Katsuki, miraron y revisaron, parecía como si alguien hubiera entrado buscando algo, preparando maletas, organizando una salida; cuando Eijiro entró a la habitación lo noto, la cama estaba revuelta y faltaban cosas, faltaban cosas de su amigo.

Izuku tenía el corazón comprimido, sentía a ratitos que le faltaba el aire, era la misma sensación que tuvo cuando no lo pudo salvar la primera vez, tenía muchísimas ganas de llorar, pero se contenía, había visto a Shoto llorar por primera vez ese día y no sabía como reaccionar.

"En el ataque de un villano sin identificar con un quirk relacionado a la presión del aire Shouto había estrellado su auto de frente en un complejo de oficinas que por fortuna se encontraba vacío debido a la hora, durante el ataque Ground Zero, que lo acompañaba, había desaparecido.

No era la primera vez que algo así sucedía; recordemos que durante sus años de formación en la UA el héroe fue secuestrado por la Liga de Villanos."

Izuku noto el sobre y lo abrió, comenzó a leer, ahora si cayó al piso llorando,

-¡Red Riot!- gritó, y escuchó el andar apresurado bajar por las escaleras, traía una caja desgastada en los brazos,

-¿Qué pasa?, ¿estás llorando?- dijo y le quitó la carta de las manos, comenzó a leer, la soltó y llamó a Endevour,

-Dabi- dijo a secas, -nos vemos allá-

La oficina era una locura, varios héroes profesionales y media clase 1A daba vueltas; Shoto estaba sentado, nervioso, en uno de los escritorios; cuando vio llegar a Eijiro con aquella caja la relaciono por primera vez,

-¡Maldita sea, Toya!- gritó y corrió hacia ellos, lo miraban, Beast Jeanist se le acercó, tomó esa cosa, la llevó a una mesa grande y la abrió.

Había olvidado aquel infierno de cosas, cada regalo, carta, nota, cada maldita cosa que habían guardado a lo largo de los años, ese amor torcido y raro, esa cosa extraña que sentía en el pecho cada vez que su güero llegaba con una nueva adquisición, se sentó y les explico, era un secreto que Katz guardaba como evidencia por si algún día tenía que usarlo, por si un día en verdad podían encontrar y apresar a Toya, si alguna cosa se complicaba siempre tendrían los años de acoso para mantenerlo al margen, les fue explicando todo, como luego del primer secuestró un día Bakugou se encontró una primera nota, luego los mensajes y aquel día del callejón, sacaba los recuerdos y los ubicaba en el tiempo.

Ese amor enfermo ahora estaba expuesto para todos y Shoto se sintió de nuevo mal al escucharse, Izuku le paso esa carta encontrada en la mesa del comedor; había estado ahí por más de una semana solo se habían olvidado de dejarla con el resto de los trofeos; tomó una cajita cubierta en terciopelo,

-el demente le dio un anillo antes que yo- dijo y al abrirla noto que no había nada dentro; el idiota había estado en su apartamento, pensó, seguramente esa caja lo había hecho divagar. Sabían más o menos lo necesario pero les faltaba saber dónde diablos tenía a su güero; a estas alturas comenzó a imaginarse lo peor, y no podía sacarse esas imágenes de su cabeza, temblaba,

-¿y si le hizo algo?- preguntó viendo a Izuku, pero para esa pregunta no había una respuesta sensata, lo que él se imaginaba y lo que los demás pensaban no era la misma cosa, sus miedos eran más profundos y siniestros.

Tres días habían pasado desde el accidente, Shoto daba vueltas en la casa de su madre mientras el resto de los héroes buscaban rastros de la Liga, era importante identificar dónde se escondía; hacían redadas y aprovechaban para arrestar a algunos villanos de bajo rango, pero Dabi era asunto aparte, según confesaban por razones de seguridad solo los más bien posicionados sabían dónde encontrar a ese grupo y tal vez ni ellos. 

Un estallido (todobaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora