Capitulo 21.

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Pasó la noche pensando en Dabi, no podía imaginarse lo que Katsuki sentía cada vez que de repente comenzaba a recibir mensajes o cartas, no era como ser amenazado por un villano, eso era cosa de todos los días, la forma en la que Toya se involucró en su vida, el tono de esas cartas, como si de verdad esperara ser correspondido en ese amor extraño y enfermo; era completamente distinto, sabía que si bien Bakugou no se asustaba sí se sentía incómodo, observado, se lo había dicho: era como un escalofrío recorriendo todo el cuerpo, se imaginaba que si no estaba alerta algo malo podría pasarle y no estaba seguro de que; lo cierto es que lo suponía pero prefería no contarsela, prefería no imaginarse lo que Dabi quería hacer con él porque lo había dicho ya y se preocupaba por la reacción que pudiera tener Shoto y al final le costaba verbalizar. Fue haciendo la limpieza de la casa, tenía demasiadas cosas en la cabeza, por un lado esa cosa sobre la mesa, estaba demasiado tentado a abrirla pero sabía que era algo que no podía hacer solo; por otro su madre y la tentativa de cita, eso si podía arreglarlo; puso la primera carga de ropa en la lavadora y fue a limpiar algo la cocina y poner la arrocera, no podía cocinar realmente bien, pero podía ayudar en eso a su caramelo, ponía el arroz según indicaciones precisas y limpiaba; pensó que debía hablar con Rei, fue por los audífonos y conecto el teléfono para marcar, espero poco,

-¿cómo te fue, cariño?, no esperaba que me llamarás tan pronto-

-Madre, perdón por molestarte tan tarde, pero considero que debemos hablar sobre esto, fue bastante incómodo, créeme entiendo tu preocupación pero no la comparto, por favor puedes parar- 

lo dijo en seco, no tenía idea cómo abordarlo pero debía hacerlo, habló con su madre largo rato, intentó explicarle de nuevo que no tenía intención de dejar a Katz, que no sentía interés  en las mujeres, no de esa forma al menos, tenía buenas amigas y las quería, pero aquello le parecía intrusivo y grosero, en cierta forma entendía perfectamente cómo se sentía su novio al respecto y lo difícil que era para ambos vivir siempre con la tensión de su familia,

-madre, debes poner de tu parte para entender que no es solo Katsuki, soy yo, no soy heterosexual, no me he sentido nunca atraído por una mujer, eso implica que no importa cuantas de ellas me presentes, cuantas citas a ciegas armes, no van a funcionar- dijo después de escuchar de nuevo todas las preocupaciones de su madre, no sería abuela, no al menos de su parte, no tendría una nuera con la que charlar ni una boda enorme donde una linda mujer le pidiera acompañarla a comprar un vestido y organizar la fiesta; ninguna de sus expectativas podrían cumplirse; la llamada duro muchísimo tiempo, muy en el fondo se sentía ofendido y cansado de tener que mediar en algo así,

-hijo, necesito que me entiendas, que lo intentes al menos, quiero lo mejor para tí, que seas feliz-

-soy feliz, muy feliz en realidad, quiero que puedas venir a cenar con nosotros, que vayamos juntos de vacaciones, que conozcas a sus padres, madre, en algún momento voy a pedirte que me acompañes a pedir su mano y quiero que seas capaz de hacerlo, podrías poner un poco de tu parte y por favor dejar de hacer esto- termino diciendo y tras la línea pudo escuchar un poco el llanto de Rei, era un llanto confuso, no supo definir de dónde venía o porque sonaba más molesto que triste, pero era importante, no podía dejar de ser quien era ni dejar de amar a quien amaba por la comodidad de nadie y eso lo tenía claro, había aprendido a expresar sus afectos por ese loco explosivo del que se había enamorado, de él había también aprendido a estar orgulloso de ello; en algún momento lo habían hablado, los amores eternos y prediseñados no existían, Katsuki era puntual con aquello, se lo dijo, no era ni el primer ni el único hombre por el que se había sentido atraído, era su forma de explicarle que él era así, que lo había sabido siempre y que lo disfrutaba y esperaba que Shoto pudiera decirlo con la misma certeza y fuerza, el amor que se tenían era algo que habían construido juntos en silencio por años, era un amor volátil y caliente. Todoroki era una barcaza pequeña que navegaba en un mar turbulento, su güero era ese océano lleno de ideas y emociones, de volcánicos encuentros, de emociones a flor de piel, de voz gruesa y exagerada, su personalidad era un incendio que no quería apagar. Espero que todo aquello apaciguara a su madre y se fue a la cama, no le gustaba dormir solo.

Un estallido (todobaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora