Capitulo 18

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Cuando pasas suficiente tiempo con una persona llegas a conocerla de formas extrañas, sus hábitos, como le gusta el café, cuál es su película favorita, aprendes sus miedos y poco a poco comienzas a entenderle los hábitos y las manías, sus cuerpos compaginan y acaban por acomplarse; Shoto intentaba explicarle a su madre esos detalles, el café negro y cargado por las mañanas, la forma que seguía teniendo que madrugar en una rutina que era tan estricta que a veces parecía que su güero vivía con una alarma pegada al cuello; como le era imposible regular su temperatura y que la mitad de su uniforme parecía diseñada para ese efecto, el invierno era un espanto; como cuándo se enojaba de más o se frustraba acababa llorando sin quererlo, pero que también lloraba por muchas otras cosas, que odiaba el té pero no tenía de otra porque vivía en malditos Japón, que le gustaba dormir acurrucado y que cuando se ponía nervioso decía cosas a gritos que ni para él tenían mucho sentido a veces. Cuando se pasa tanto tiempo enamorado de alguien los cuerpos y los corazones se convierten en piezas de un rompecabezas que amoldan perfectamente.

No recordaba algún tiempo donde los gritos estridentes y groseros de su novio le hubieran molestado, al principio eran como zumbidos molestos que tenía a su alrededor, pero después esos mismos gritos y actitudes eran su foco principal de atención,

-él se enamoró primero, lo notaba mirándome y gritando más si estaba cerca, no me decía nada en realidad solo me gritaba y me exigía; primero no entendía su frustración conmigo, quería mi atención, supongo- era el intento extraño de explicarse con Rei, sabía que de no avanzar con algún grado de aceptación las cosas terminarían por tensarse de más y no quería tomar un lado, quería a su güero con él y a su madre, los quería en el mismo espacio y necesitaba apagar las dudas de ella; Katsuki lo había dicho antes: había sido demasiado el terror que había vivido y era de esperarse el miedo; pero sabía que en el fondo él lo recentía, sabía que se sentía superado y que lo subestimaban.

-pero fui yo quien lo busque, he sido yo quien ha tenido más de un arranque de celos y yo quien lo ha confrontado; se que parece lo contrario, que grita demasiado, regaña y se estresa, pero así es él, es sólo eso-

-Sé que a veces es difícil ver lo obvio Shoto, es por eso que necesitaba hablar contigo, no quiero verte vivir lo que yo he pasado; puedes tener un futuro hermoso, con alguien que te ame, puedes encontrar una chica que te haga feliz-

quería seguir, pero los recuerdos y los miedos la abrumaban, había hablado de aquello con sus hijos, quienes por alguna razón tenían la certeza de que él era feliz y estaba bien, lo había hablado con su terapeuta; pero era ahí donde la historia quedaba parcial, a medias; lo que sabía del chico era lo que podía ver desde los medios, estaban los hábitos aterradores, lo que se dejaba ver cuando estaban cerca y lo escuchaba maldecir y alzar la voz con terrible frecuencia; se veía, de cierta forma reflejada en ese fantasma de mal carácter.

Las palabras de su madre lo confundieron por un momento, le costó trabajo, le costó más de media velada dimensionar lo que estaba escuchando y hacia dónde corría en verdad la discusión; claro, pensaban que eran los vestigios del Endevour violento lo que la hacían tan reactiva a Katsuki, pero Shoto por un momento pudo entender algo que está sutilmente ahí, se sintió orgulloso de sí mismo, pero lo que entendió lo aterró un poco

-Madre, ¿lo que te preocupa es su carácter o que sea un hombre?- soltó a secas, tenía que sacarse la espina que le había dejado; Rei se quedó en silencio, ella misma no entendía del todo la pregunta. "Podrías encontrar una chica que te haga feliz" dijo, ¿cierto?; no había dicho alguien más, no era otra persona solamente, era una chica, el fondo tuvo sentido entonces para los dos y se sumieron en un silencio profundo.

Cuando se reveló por fin aquella relación Todoroki jamás tomó en cuenta ese detalle, estaba solo confesando que durante sus años en la academia había estado enamorado de ese tipo salvaje y estridente que a veces parecía imprudente y egoísta y otras claro e imponente, pero esa bomba de la que estaba prendado era igual que él, era un hombre, y se le había del todo olvidado la explicación de Katsuki al respecto: esta parecía una sociedad que iba cambiando, donde hombres como él podían vivir bien y felices, siendo ellos mismos, queriendo a quien quisieran; pero eso era espuma en las olas; era una ilusión en un mundo conservador y aterrado de tener que lidiar con algo que había existido siempre en las sombras. No lo había meditado y la pregunta que hizo fue una lucesita, un momento de claridad que le cambió todo el panorama.

Un estallido (todobaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora