Capitulo 12

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Los pasillos del hospital son todos iguales, blancas piezas con olor a cloro, sillas esparcidas y puertas que ocultan el dolor o la miseria; sentado con un hoodie negro que cubría su cabeza jugaba con sus dedos y pensaba: tal vez él también debió visitar a mamá, cuánto tenía sin ver el rostro aterrado de Rei Todoroki; la imaginaba hecha trizas, carcomida por la presión constante de Enji; ya tendría su tiempo de saludar, en el siguiente funeral familiar, pensaba; intentaba pasar desapercibido y jugaba con una paleta en la boca, espero y espero que aquella visita terminara, se asomaba un poco de vez en cuando para buscar el cabello bicolor de Todoroki: -¿qué tanto podía estarle diciendo a la vieja?, ¿sabría sobre su gatito?- pensaba; tanta tardanza lo molestaba pero tenía cosas que decir, tenía que lograr ser convincente y no lo lograría si se molestaba antes de empezar; claro estaba recibiendo ayuda de ese otro quirk, claro, era solo cosa de implantar las ideas y su hermanito creería que son suyas, vamos haría lo que él le dijera, pero tenía que ser convincente, al final no diría nada que los demás no creyeran ya, lo importante era que el idiota lo creyera; para cuando se diera cuenta de lo que pasaba sería demasiado tarde. Shoto salía de la habitación, lo vio de reojo y espero, entonces cuando lo tenía cerca se levantó, estiró sus piernas y lo vio pasar a su lado, apresuró el paso y atrás de él, bien pegadito, comenzó:

Shoto sintió una respiración en su espalda y un toque en el cuello, no había nadie ahí, estaba seguro, un escalofrío le recorrió el cuerpo: - Katsuki, en verdad no lo has notado, es Endevour, es igual a él; resentido, siempre en segundas, violento, ¿será que es justo eso lo que miras en él?, ¿eres así de masoquista?, un domador de bestias, pero vamos, no importa cuando haya ascendido, cuántas vidas haya salvado: Endevour siempre será Endevour. Bakugou no te lo recuerda en verdad: egocéntrico, lleno de resentimiento y envidia, viendo siempre a los demás para abajo, un lugar que no alcanzarán jamás; tarde o temprano serán iguales, el mismo dolor, la misma violencia. No puedes ser tan ciego, saben bien de qué lado jugar su juego heroico, pero ninguno lo hace con afán de justicia; ¿qué tan profundo es el daño que ahora como buen masoquista buscas a tu padre en otro?; vamos, tu y yo sabemos que esa bomba va a estallar y volverás a ser dañado- dijo Dabi, no lo ataco, no estaba buscando pelea, -héroes de fantasía, son imágenes de fortaleza, pero que pasaba, que pasará contigo cuando sea tan grande el odio y resentimiento que lo domine completamente; no se volverá un villano, seguramente, dime, todo ese odio, toda esa violencia hacia quien la dirigirá; ¿serás otro Rei Todoroki?- termino mientras avanzaba y se perdía entre la gente; aquello rompió a Shoto, no, nunca lo había pensado así. Se detuvo, le dolía, pero podía verlo; recordó el evento deportivo, recordó la pelea con Deku y todas y cada una de las veces que la bomba estallaba, lo imagino enardecido, furioso y no pudo, no pudo no compararlo; recordó a su padre incendiado en odio cuando sin merito mayor que existir ascendió al número uno, recordó a su madre dañada, violentada, herida; el rosto de Endevour como un ser macabro que jugaba a ser un héroe; las palabras de Debi habían calado y calaron fuerte.

Bakugou lo espero el fin de semana entero, le envió mensajes, lo llamo, nada; era como si se lo hubiera tragado la tierra, estaba triste, confundido, pero respiro, soporto, el domingo tomo sus cosas y regreso a la academia; su madre lo miraba preocupada pero no podía hacer nada, él tendría que enfrentar lo que fuera que pasara completamente solo. Entro a los dormitorios en el área común lo busco con la mirada, necesitaba sacarse la duda y al mismo tiempo no quería, no otra vez, -tal vez no era nada, tal vez cosas de familia- pensó, pero algo muy dentro de él lo tenía nervioso; fue a su habitación, no podía hacer nada, Shoto no contestaba desde hacía un par de días, qué sentido tendría llamarlo. Entonces, cuando miraba la nada, aún preocupado, recibió un mensaje "tenemos que hablar, mañana, después de clases en el jardín tras los dormitorios"; se le fue al piso todo; porque, vamos, todos sabemos que significa aquello, ¿no?, esa frase la había escuchado antes, no pudo contener sus emociones y el celular salió volando por la habitación con tal fuerza que quedo hecho trizas; tomo aliento, se convenció a si mismo de que nada pasaba, que recibiría una explicación sobre el fin de semana y ya, tal vez una pequeña discusión, se dijo de mil formas que no era nada malo; se intentaba convencer pero los nervios seguían, lo carcomían, durmió, durmió tenso y soñó con ese escenario duro donde su tiempo junto a él acababa.

Paso las clases intentando estar calmado, solo siendo él mismo, como siempre, las clases terminaron y camino, lento, con las manos en los bolsillos y el bolso al hombro y se sentó en una esquinita del edificio a esperar, la figura de Shoto apareció a la distancia y un hueco enorme en el estómago lo tomo por asalto, era lo único que podía sentir, en lo único que podía centrarse –Bakugou, gracias por venir- dijo; se le hizo un nudo en la garganta, el tono evidenciaba la tormenta que venía; y la tormenta llego –esto no va a funcionar, no más al menos- continuo el sermón y así Katsuki escucho como lo comparaban con Endevour, como lo veía Shoto en el futuro, como intentaba salvarse de un futuro siniestro a su lado y esta vez no pudo contener el llanto, sus ojos se humedecieron y le fue imposible decir nada, no lo podía negar porque su mente y su boca no se lo permitían; él no era como Endevour, él lo quería tanto que quería protegerlo de todo, quería hacerlo feliz; después, por un segundo su mente lo traiciono, si Shoto pensaba en ese futuro era porque ese presente existía y se sintió pequeño, diminuto, malvado; tal vez todos tenían razón, incluyendo a esos villanos que le habían visto potencial, tal vez todos tenían razón y él era como Endevour, una bomba de odio que lastimaría todo a su paso, tal vez era mejor para Todoroki alejarse y para el fundirse en la codicia de que decían que tenía, en el odio y la envidia; tal vez él si era tan poca cosa. No podía decir nada, que diría –¿te amo, por favor quédate conmigo?, ¿yo no soy así y no seré así nunca?, ¿Cómo te dañaría si te amo tanto?- sonaba vacío, sonaba a una excusa; entre el llanto, con los ojos ya cerrándose, el corazón hecho pedazos y sus músculos cediendo, tirado ahí en el pavimento, respiro, suspiro, se levantó, sus mangas estaban mojadas, estaba seguro de haber escuchado a su corazón rompiéndose como un cristal chocando contra el suelo, como su teléfono que seguía roto en una esquina de su habitación, se sintió sangrar por dentro, su estómago le genero un hueco tan grande que le llego hasta la garganta; -está bien- cerro los ojos y sintió el aire correr en su rostro, las lágrimas no cesaban, no sabía cómo detenerlas, respiro profundo y con la voz entrecortada continuo -si eso es lo que crees, está bien, será así- se acercó un poco, lo miro por última vez con el amor que le tenía -te amo, ¿sabes?- dijo tomándolo de las manos, unas manos que se alejaron al instante y no pudo más, camino pausado, llorando y lo dejo ahí. No podía volver así, miro el edificio por el costado, dio la vuelta como pudo hasta los balcones y con todas las fuerzas que le quedaban en el cuerpo subió a brincos hasta su habitación, entro por el balcón, las luces estaban apagadas, sus amigos lo buscaban para cenar, las voces de las charlas resonaban en los pasillos; entro y entre la negrura se tiró sobre la cama y se dejó. Todo había terminado. -Sabía que esto iba a doler, solo no sabía cuánto- pensó.

Shoto entro pausado al edificio y camino directo al ascensor, -yo también te amo- pensó, -pero esto es lo mejor, tengo solo una oportunidad para no vivir la misma vida-. Aquella noche ninguno de los dos dormiría, cuando por fin estuvo en su habitación se tiró sobre el futon y comenzó a llorar; todo se acababa ahí y no estaba muy seguro de poder vivir sin él. 

Un estallido (todobaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora