XXI

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—¡Rolando! —Sale con énfasis de la boca de Beatriz, a la vez que se tira a sus brazos sin tan siquiera hayamos entrado por la puerta de su casa. Veo cómo ambos se funden en un efusivo abrazo.

¿Rolando? ¿Quién es Rolando? ¿El hermano de Hugo? ¿Armando tiene otro hermano? ¿Son trillizos?

Todo está siendo muy rápido y yo sigo con mi cara de cuadro abstracto dibujado en el rostro porque la verdad es que no entiendo nada de nada y, ¿novia? ¿Ha dicho novia? Pero una vez que se separan observo a Beatriz presentarme y mirarme.

—Rolando, ella es Marcela, Marcela Valencia. —Le dice con cierta sonrisa tímida. No me ha presentado como una amiga, no me ha presentado como su chica, sólo me ha presentado a secas. ¿Entonces?

El chico nuevamente me mira, proyectando una enorme sonrisa. No sé porqué, pero noto que los ojos le brillan, parece que sintiera ilusión al conocerme. Antes el condenado ha dicho que yo era la novia de Beatriz, lo he oído perfectamente. Ahora de repente se corta un poco.

—¡Hola, Marcela! Encantado, soy Rolando, la pareja de Hugo. —Me aclara aún desde el rellano.

"¿La pareja de Hugo? Entonces son.. Mierda, son gay. ¡Hugo es gay! ¡Rolando es gay! ¿Nosotras lo somos? ¿Yo soy la novia de Beatriz? ¿Yo soy gay? ¿Tengo cara gay?"

—Encantada, Rolando. Mucho gusto. —Le digo como puedo a la vez que le estrecho la mano.

—¡Venga chicas! ¡Pasen, por favor entren! —Nos invita enseguida tras habernos saludado.

Los tres entramos en su piso, que por cierto es fantástico. No es que me dé demasiado tiempo a mirar mucho, pero lo poco que veo me parece que está decorado con un gusto exquisito. Rolando nos invita a sentarnos en el sofá, cosa que agradezco, la verdad. Yo sentada controlo mejor mis nervios porque de pie nunca sé dónde o cómo colocarme, tengo la sensación que estorbo en todos lados.

Finalmente la morena y yo estamos sentadas de lado y Rolando ha optado por ponerse en un sillon de entrente para observarnos.

—¡Hugo, cielo! ¡¿Quieres salir ya?! ¡Te estamos esperando una eternidad! —Le reclama de nuevo en alto —Este chico, Beatriz, no cambia. Se toma el tiempo en su vestimenta. Mucho. —Le señala.

—Qué vas a contarme a mí que yo no sepa. —Le responde mi Beatriz sonriente.

—¡Ya voy, ya voy! —Se oye desde el fondo una vocecita un tanto estridente. Ya lo veo venir por el pasillo.

Es un chico de piel blanca y delicada, delgado, parece que tenga poco más de los treinta, estatura promedio, y... calvo.

He notado que me ha mirado. Por unos micro segundos hemos conectado visualmente la mirada, ha sido así, es un hecho y ambos lo sabemos, pero obviamente primero se tira a saludar a su "amiga/cuñada" Beatriz, la cual ya se encuentra levantada para recibirle.

—¡Beatriz, cielo, ven aquí! —Le reclama él, con los brazos abiertos.

Rolando se ha levantado y yo no voy a ser menos. Él y yo, de pie, vemos la escena del reencuentro. Desde luego puedo apreciar que Hugo y Beatriz se quieren mucho. Eso es algo incuestionable dado el intenso abrazo que se han dado.

De nuevo se separan y de nuevo puedo ver cómo Beatriz tiene la intención de presentarme, aunque esta vez Hugo se le adelanta.

—Así que eres tú. —Me dice mientras alarga su mano para estrecharla con la mía.

"¿Soy qué? "

No puedo evitar mirar a Beatriz. Mierda, no entiendo nada.

"Beatriz, ¿qué les has contado exactamente?"

En Mi Siguiente Vida (Marcetty)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora