Gitty [myg + pjm]

Capítulo 36

Por si no lo han leído, puse en mi tablero un mensaje sobre porque actualicé tarde >< 

Lamento mucho, lo hice a prisas y lo corregí rápido para no dejaros sin capítulo, así que de cualquier modo lo iré revisando poco a poco los siguientes días. ¡Disfrutarlo!

—Te lo juro, no he editado nada —Henrry codeaba a su compañero de universidad y a otro amigo. Ambos veían la pantalla del ordenador sin mucha confianza.

—Vamos, Hen. No somos idiotas tampoco —Hoseok soltó un bufido, incorporándose luego de ver de nuevo los 5 segundos de grabación donde un chico desaparecía en la oscuridad de un callejón y luego aparecía un gato.

—¡Os lo juro! —Exclamó—. Bogum lo grabó todo, ¡preguntadle a él! —Los dos espectadores voltearon para ver a sus espaldas, en un viejo sofá en una de las esquinas del pequeño punto de encuentro de las pandillas estaba Bogum sentado, perdido en su mente—. Él está quemando sus neuronas, hermano. ¡Es porque el vídeo es real! Seguro Bogum piensa que se volvió loco.

Henrry se carcajeó sutilmente, regresando la mirada al ordenador para comenzar a ver el vídeo entero mientras seguía hablando.

—Seguro que si mandamos el vídeo a los noticieros nos hacemos millonarios. ¡O mejor! Encontramos al chico y lo convertimos en un show, oh, ¡sí! Es una idea genial. Nada de vídeos ni esas tonterías, ¡"El espectáculo de Henrry y el gato-hombre"!

—No vamos a hacer eso —se escuchó la voz del más joven de todos, el que grabó el vídeo.

—¿Cómo qué no? —El líder del trío que aparece en el vídeo lo mira con una ceja enarcada. Él mismo ha dudado de lo que su compañero de facultad le mostraba, pero sea o no editado, pueden conseguir mucho dinero porque se ve bastante realista.

—Es mi cámara, y yo decido qué hacer con las grabaciones —sentenció, levantándose del sofá y caminando hacia el escritorio donde estaba el ordenador.

—¡Ya se le han fundido las neuronas! —Se burló Henrry, recibiendo una mirada de odio, pero Bogum no se atrevió a rebatir nada, porque en ese lugar él sólo era un sucio peón que podían desechar.

También se sentía tentado por la idea de vender el vídeo a noticieros, pero no podía hacerlo. Su corazón no se lo permitía. Quizás primero tenía que entenderlo, entender si se trataba de una coincidencia, o de magia, porque en esos tres días ya había tenido tiempo suficiente para entender que no era ninguna alucinación. Todos veían lo mismo que él; lo mismo que la cámara captó nítidamente.

—Bogum, vamos, ¡no seas así! —Hoseok lo codeó, riéndose del comentario de Henrry sobre su ex-compañero de clases.

Bogum y él habían sido grandes amigos antes de que a Hoseok lo expulsaran de ese instituto. Fue, de hecho, quién introdujo a Bogum a la pandilla de Chan, el hombre que ahora encendía un cigarro de contenido cuestionable mientras miraba atentamente de nuevo el vídeo del chico-gato-moralista animal.