Capítulo 6

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Capítulo 6

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Capítulo 6


Jimin corrió por los pasillos, apresurado. Maldiciendo a todos los cielos porqué se había retrasado más de lo previsto. Respiró hondo antes de llamar a la puerta de su aula asignada, recibiendo el permiso de ingresar después de unos segundos.

—¡Lo lamento! —Se disculpó haciendo una reverencia.

El hombre lo miró con una suave sonrisa, indicándole que se sentara junto a un chico que no había visto nunca.

—Por ser el primer día lo dejaré pasar, Jimin. Pero que sea la última vez —Advirtió, viendo el asentimiento instantáneo del alumno.

Jimin fue a sentarse al único asiento vacío que encontró. Desgraciadamente todos los asientos de la parte de atrás estaban ocupados; ese era el mejor lugar, pues daba prácticamente igual si estabas con el teléfono móvil, el profesor o profesora de turno no podía verlo. Dejó su mochila apoyada en la pata de la mesa, tomando asiento. Bueno, era una de las últimas líneas (casi en el medio), podría haber sido peor.

—Antes de que vinieras estaba comentando detalles sobre este curso. Podéis ver que no hay muchos cambios, seguís con los mismos compañeros y yo sigo siendo vuestro tutor —Se encogió de hombros, añadiendo:—, pero, este año tenemos a un nuevo alumno.

Señaló con la palma extendida al chico en la cuarta fila, en una de las esquinas. Jimin miró con curiosidad al chico a su lado, que parecía hacerse más pequeño en su asiento, intentando huir de todas esas miradas sobre él.

—¿Podrías presentarte? —El profesor Kim volvió a hablar, interrumpiendo los murmullos que se habían formado. El pelinegro lo miró con horror, y luego con resentimiento —. Por favor —Sonrió dulcemente, intentando trasmitirle tranquilidad al inquieto muchacho.

Jimin no sabía lo que se sentía ser el nuevo del salón, pues toda su vida ha estado en el mismo colegio, pero por la expresión del muchacho puede suponer que no es agradable. Con un suspiro, el chico de piel pálida alzó la mirada y enfrentó a quienes lo observaban expectante.

Tienes que ser normal, no destacar, se repetía en su mente como una cinta rallada.

—Pueden... Pueden llamarme Gi —Empezó con un tono seguro, que fue decayendo hasta ser sólo un murmullo que no muchos escucharon. Volvió a bajar la mirada, apretando los dientes.

—¡Gi, muy bien! —Namjoon unió sus palamas, sonriendo y aclarando aquello que el resto no pudo entender—. Es bueno que te hayas unido a nosotros éste último curso, espero que puedas hacerte amigo de tus compañeros.

"Ya, no lo creo..."

—¿Quieres contarnos un poco más sobre ti? —Preguntó, apoyándose contra su escritorio, sin borrar de su rostro esa afable sonrisa tan característica.

Gi negó con fuerza.

—¿No? ¿Y cómo podrían tus compañeros conocerte entonces? —Preguntó con dulzura, como si fuera un niño. Con un movimiento de hombros indicó que no sabía la respuesta a eso, tampoco le importaba, siendo sinceros—. ¡Tengo una idea! —Anunció—. ¿Qué tal si para mañana todos preparamos una corta presentación sobre nosotros para que el resto nos conozca?

Quejas y más quejas se escucharon, llenando el aula con un barullo ensordecedor que mareó al único nuevo.

—¡Profesor, nosotros ya nos conocemos! ¡Desde dos años, además! —Expresó Bogum con desgano.

—Si, pero hay alguien que no lo hace. Y de esta forma podréis conocer también a vuestro nuevo compañero —Argumentó. La sala volvió a llenarse de reproches y maldiciones, haciendo al maestro rodar los ojos—. Vamos, vamos, ¡es algo simple! Sólo tenéis que decir vuestro nombre, de donde sois y que os gusta hacer, ¿sí? Será la actividad de principio de año y será obligatoria.

—¡Profesor Kim~! —Exclamaron la mayoría al unísono en forma de queja.

—Y no se habla más —Finalizó como advertencia, dando por finalizado el tema y comenzando a hablar de otras cosas.

Jimin, en tanto, mantenía su mirada fija en el chico pelinegro a su lado. Generalmente las primeras clases del año eran puras presentaciones y charlas aburridísimas que a él -y a nadie, probablemente- le interesaban. Gi estaba apoyado contra la pared ya que su puesto era el que estaba junto a la ventana, Jimin en cambios estaba en la mesa que daba directo al pasillo que quedaba entre las de la fila del medio.

—¡Woah! Dibujas muy bien —Susurró con admiración viendo el cuaderno sobre la mesa, donde el chico estaba garabateando a unos gatos. El dibujo, aunque fuera sólo un boceto, era bastante bueno. Las accesiones de los únicos seres vivos en la imagen eran naturales, como si hubiera estudiado minuciosamente cada una de sus expresiones al detalle.

Gi al instante colocó sus brazos sobre el cuaderno con horror, mirando entre sorprendido y asustado a su compañero de banca. ¿Acaso no se había dado cuenta de que Jimin estaba ahí? Bueno, que supiera no era invisible, así que probablemente le asustó que estuviese mirando sus dibujos.

—Perdón —Río un poco, enderezándose en su asiento, y apoyando sus codos en la mesa —. Pero, en serio, ¡dibujas realmente bien! ¿Puedo ver alguno más?

Le regaló su carismática sonrisa, la cual se volvió un pequeño puchero al ver a su compañero negar, tomando el cuaderno para ponerlo contra su pecho para que no pudiera ver nada más.

Oh, bueno. Supuso que no quería enseñarle hasta que estuviera terminado. Era un artista tímido, quizás.

 Era un artista tímido, quizás

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Gitty [myg + pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora