Jimin miraba los trazos ágiles y sueltos de Yoongi mientras dibujaba en su cuaderno.
Estaba boceteando la cancha de baloncesto frente a ellos, donde varias personas jugaban un partido amistoso. Entre ellos estaban varios amigos de Jimin, quienes corrían y gritaban mientras sacudían sus brazos, esperando recibir la pelota.
—¿Nunca dibujas personas? —preguntó el castaño, viendo la estructura de la cancha, pero no las figuras que estaba jugando.
Yoongi detuvo su mano un momento, encogiéndose de hombros.
—Nunca lo he hecho —respondió, siguiendo con su dibujo. En el otro lado de la hoja había un boceto rápido de un trío de gatos acurrucados, con sus colas entrelazadas.
—¡Venga ya, eso es trampa! —YunSoo pegó un grito al aire mientras Dawn le sacaba la lengua.
El pelinegro alzó la mirada, viendo como los chicos se desenvuelven en el partido. Le hubiera gustado participar, pero la recuperación de una costilla rota era lenta y no podía hacer deporte.
Le frustraba estar vetado de una de las actividades que más amaba, pero comprendía que, en buena parte, era culpa suya. La próxima vez saldría por la puerta principal, se dijo.
—Nunca me han gustado las personas, ya lo sabes —continuó Yoongi—. Y solo dibujo lo que me gusta.
—Mmh.
La respuesta no pareció contentar a Jimin, pero no insistió, más interesado en su proceso al esbozar el paisaje. Yoongi podría haberle dicho que su cuaderno estaba lleno de pequeños dibujos de su perfil, su mirada distraida, la forma en la que mordisqueaba sus labios cuando seconcentraba... Cuando no lo miraba, Yoongi sí que dibujaba personas.
Solo aquellas que le gustaban. Solo Jimin.
Pero prefirió no decírselo, porque, entre tantos otros, ese era su secreto.
Mina se deslizó por las gradas, más cerca de él.
—Yoongi, ¿has visto esto? —le enseñó la pantalla de su celular, una publicación de instagram de uno de los tantos grupos que tenían en común, donde anunciaban su regreso con un nuevo álbum—. Lo van a sacar en un mes, ¡tal vez hagan gira!
—No creo que vengan aquí, aún así —suspiro, dejando su cuaderno de lado.
—Bueno, la esperanza no se pierde nunca —la chica sonríe al encogerse de hombros. Sus dos coletas se balancean cuando ladea la cabeza y el gorro que lleva puesto como parte de su conjunto hace que su flequillo esté presionado contra su frente—. SI sacan entradas cerca, Chae y yo estamos pensando en ir. ¿Por qué no te vienes?
Por mucho que se tratara de una banda a la que seguía desde su adolescencia, seguía siendo un concierto: un lugar cerrado con mucha gente y ruido alto, donde muchas cosas podían ir mal. Aún así, ¿no valía la pena intentarlo?
—Claro —sonrió con labios sellados—. La última vez pasaron por Busan, mi familia vive allí.
—¡Genial! Te mantendré avisado —alzó su pulgar en aprobación y volvió a inclinarse hacia donde estaba con Chaeyoung, a un metro de ellos, ensimismadas en sus propias cosas.
Somi estaba un par de gradas más abajo, jugando con su móvil ya que Moonbyul había ido a jugar al baloncesto junto al resto de su grupo. Jimin y ella eran los únicos que habían rechazado la idea y preferían descansar por ese día.
Además, Jimin apestaba en el baloncesto. Si Yoongi jugase seguro que sus amigos no tendrían ninguna oportunidad.
El receso terminó poco después y se encaminaron en grupo hasta las clases. Somi, YunSoo, Taeyong y Moonbyul se fueron a sus respectivas aulas con el resto de sus compañeros y ellos hicieron lo mismo.
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Gitty [myg + pjm]
Fiksi PenggemarJimin era apenas un niño cuando descubrió que podía hablar con los gatos, pero acabó repudiando aquella habilidad con el tiempo. Diez años después, un chico nuevo aparecería en su vida para cambiarlo todo: Min Yoongi, un solitario cambiaformas. ════...