Capítulo 59

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Yoongi decidió, después de una silenciosa comida en familia, que hacía mucho que no pisaba la calle.

Si era honesto consigo mismo, había extrañado respirar aire fresco y la ventana de su habitación ya no parecía suficiente. Estaba ansioso por salir y visitar su manada, estirar las patas y dar una vuelta por su ciudad.

En apenas unos días había conseguido reunir la fuerza necesaria para levantarse de nuevo de aquel abismo oscuro y se sorprendió de lo fácil que había resultado: Nada comparado a lo mucho que le dolía salir de cada crisis antes. Sus padres habían impulsado su recuperación con una insistente preocupación que hacía el corazón de Yoongi sentirse cálido, y la presencia diaria de Namjoon para saber de su estado también había tomado gran importancia en su recuperación.

Pero estaba claro que no estaría ahí de no ser por la visita inesperada de Jimin. No sabe qué clase de magia le había hecho, pero el castaño había conseguido recordarle las razones para seguir adelante a pesar de las dificultades.

Cada vez que pensaba en la forma en la sus brazos lo rodearon con tanta firmeza, su corazón latía con calma, como si aquel gesto se hubiera convertido en una trinchera en media guerra.

—¿Seguro que quieres salir sólo? —Su madre lo miró preocupado.

—Está bien, mamá. Estoy mejor.

—Pero aún así...

—No volveré tarde. Sólo quiero despejarme y caminar un poco. Hacía días que no salgo de esta casa —Suspiró con cansancio.

Ahyoon pareció pensárselo unos instantes antes de darse por vencida, asintiendo a la petición de su hijo. Eso no cambiaba el hecho de que no le pareciera buena idea: él mismo lo había dicho, llevaba días sin salir, ¿así que era buena idea dejarlo ir a sus anchas, solo, luego de una recaída de ese calibre?

Tuvo que llenar sus pulmones de aire y recordarse que Yoongi tenía 19 años; no debía tratarlo como a un niño.

Cuando el pelinegro finalmente pudo transformarse en gato, la tarde estaba empezando a abrir sus brazos. Todavía era temprano, así que se dedicó a dar vueltas por la ciudad observando a la gente ir y venir, llenos de preocupaciones.

Si supieran lo fácil que es ser gato...

Por desgracia, la mayoría de los humanos no tenían ese privilegio. Y, bueno, él nunca había conocido a otra persona como él. Ni siquiera tenía tan claro que todavía los hubiese. ¿Quizás estaban extintos? ¿Ocultos en alguna parte del mundo, desconocedores de su don?

Nunca lo sabría, a esas alturas.

—¡Gitty!

Se detuvo con la cola erizada, volteando a ver a un sonriente Jimin que se encaminaba en su dirección. ¿Por qué parecían destinados a encontrarse así siempre que Yoongi salía a pasear como gato?

—¿Sigues con ese nombre ridículo? —Bufó, apartando la mirada.

—Es tu nombre, así que no es ridículo —Se defendió Jimin—. ¿Dónde has estado? Hace semanas que no te veo. Estaba empezando a preocuparme porque ningún gato sabía nada de tí tampoco.

—Uhm, he estado ocupado con mi vida —Se limitó a responder, y no era una mentira: Ese último tiempo no había tenido como prioridad cambiar. Probablemente se había encaprichado un poco más que de costumbre a la vida como humano, y podía culpar absolutamente a Jimin por ello.

Gitty [myg + pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora