Jimin salió del centro suspirando, con su mochila al hombro. Eran pasadas las siete y media y no podía esperar a volver a casa para irse directo a la cama.
Para su sorpresa, no obstante, había alguien esperando por él fuera del edificio.
—Yoongi —Sonrió al pronunciar su nombre, aquellas sílabas deslizandose por su lengua con tanta facilidad como hace años—. ¿Llevas mucho aquí?
—Un rato, no sabía cuando salías y quería darte una sorpresa —le devolvió la sonrisa y dejó un beso en su mejilla cuando Jimin se acercó a él, tomando su mano rápidamente para entrelazar sus dedos—. No te he visto apenas estoy días.
—Lo sé —suspiró—. Sabes que las prácticas han sido más largas últimamente, casi no tengo tiempo. ¿Qué tal tus clases?
—Bien, bien. De momento no estoy teniendo problema.
Yoongi balanceó sus manos unidas, concentrado en sincronizar sus pasos. Esa semana había sido un caos de estrés para Jimin, por eso pensó que pasar un rato juntos aquella tarde del viernes le ayudaría a despejarse.
El castaño se tomaba muy en serio su labor en la veterinaria en la que estaba haciendo prácticas, por no hablar de los exámenes de la facultad. Aunque fueran diez minutos, camino a su casa, quería ayudarlo a desconectarse y poder pasar tiempo juntos; al fin y al cabo, eran novios.
—¿Por qué no te quedas a dormir? —Propuso Jimin unos minutos después, rompiendo el silencio entre ellos, que cambinaban plácidamente por las calle de inicios de octubre.
—¿A dormir? A tu padre no le va a gustar —se burló de buen ánimo, haciendo al menor rodar los ojos.
—Sabes qué papá no va a tener ningún problema. Puedes cenar con nosotros y luego pasar la noche. Ya lo has hecho antes.
Ciertamente, en sus años de relación Jimin y él ya habían dormido juntos en múltiples ocasiones, sea que durmieran acurrucados o casa uno en una esquina de la cama.
Por esa razón, Yoongi acabó accediendo sin poner mucha resistencia.
El camino al departamento de Jimin fue rápido. La veterinaria no quedaba a más de quince minutos a pie, así que pudieron disfrutar de la compañía mutua durante el paseo. Al entrar, se encontraron con el señor Park preparando la cena.
—¿Jimin, ya has vuelto? —preguntó desde la cocina.
—Sí, también ha venido Yoongi —se quitó los zapatos y fue a saludar a su padre junto a su novio.
—Genial, la cena estará lista en un rato. ¿Vas a quedarte a dormir? —inquirió mirando al pelinegro, que asintió algo nervioso.
El padre de Jimin siempre le resultaba hasta cierto punto intimidante. Quizás no se acostumbraba a la idea de "suegro", a diferencia de Jimin, que había formado una buena relación con sus padres desde su temprana amistad.
Yoongi no tuvo el honor de conocer a Park Jihoon de manera formal hasta bastante tiempo después.
Jimin y él fueron a su cuarto, donde el castaño dejó su mochila y aprovechó para cambiarse de ropa. Se quitó la camisa y Yoongi observó detenidamente cada detalle de su torso: desde la forma que hacían sus clavículas hasta la pequeña cicatriz blanquecina en uno de los costados de su tripa de cuando tupo apendicitis siendo un niño.
Ver a Jimin desnudo no era algo novedoso, pero, para Yoongi, nunca dejaba de ser como un mismo milagro. Le encantaba cada parte de Jimin sin importar cuantas veces lo hubiera visto o hubieran compartido noches.
—Sabes —dice el azabache de pronto—. Cuando acabemos la carrera deberíamos mudarnos juntos.
—¿Tú crees? ¿No es muy pronto? Los precios de alquiler están por las nubes —cuestionó Jimin, quitándose también el pantalón y quedando en ropa interior.
—Podemos encontrar algo pequeño y asequible.
—Gi, estás estudiando bellas artes, por muy asequible que sea el alquiles no te va a llegar —se burló Jimin, y Yoongi carcajeó, levantandose de la cama y dando dos largas zancadas hasta su novio.
—Y tú estás estudiando veterinaria, eso debería cubrir nuestros gastos toda la vida.
—Sobreestimas el salario de un veterinario —siguió Jimin con una risita, sintiendo a su novio rodear su cintura y pegarlo a su pecho. No desaprovechó la oportunidad para dejar un pico en sus labios, una acción que con los años era familiar, sencilla y curativa.
No importaba qué tan mal estuviera, Yoongi siempre podría mejorar su ánimo con un beso, un abrazo o su simple presencia en silencio.
—¿Entonces debería cambiarme de carrera, uhm? —El azabache sonrió contra los labios de su novio, entrecerrando los ojos—. ¿Qué dices de... filósofo?
—Oh, Dios, vamos a morir de hambre —Dramatizó Jimin, provocando una carcajada en Yoongi.
—Ponte ya el pijama, anda. Ayudemos a tu padre a poner la mesa —se separó del castaño tras darle otro corto beso, dejando que Jimin finalmente se pusiera una camisa blanca y un pantalón deportivo holgado.
La cena fue amena; Jihoon les preguntó a ambos jóvenes sobre sus días, interesado también en saber qué tal le iba en la carrera a Yoongi, ya que no lo había visto en semanas.
Lo cierto es que, si bien estudiar Bellas Artes fue la opción que más le llamó la atención a Yoongi desde el principio, habiendo estado en la carrera ya casi dos años, no terminaba de gustarle.
Cuando tuvo que elegir universidad, descartó rápidamente muchas, como producción musical, medicina, ADE...
Aunque podría haber elegido cualquier carrera que quisiera, ya que su nota de corte era alta, algo relacionado al arte era lo más lógico para alguien como él, que amaba dibujar.
Y todavía lo hacía, lo amaba. Pero la carrera simplemente no le acababa de encajar.
Al terminar de cenar, Jimin y Yoongi fueron al cuarto del castaño para ponerse al día ellos mismos y poder recuperar el tiempo perdido.
Lo cierto es que, aunque Yoongi no lo admitiera en voz alta, pasar tiempo con su novio era su cosa favorita: poder estar recostados en una cama, simplemente abrazados y tranquilos, se había vuelto parte de su rutina los últimos años, y no lo cambiaría por nada.
No podía esperar a despertar cada mañana a su lado y que Jimin fuera lo último que viera cada noche, antes de ir a dormir.
...
Un pequeño relato para celebrar los tres años desde que empecé gitty. Me da pena que sea tan corto y que sólo incluya un poco de los dos personajes principales.
Ciertamente, me habría gustado poder extenderme más y poder abarcar qué ha sido de Jungkook, de Hoseok, de Taehyung, de los señores Min, de Bogum, Namjoon, HyeJin... Pero bastante de ello sería spoiler de lo que queda de la historia, así que nos tendremos que conformar con este corto especial.
Muchas gracias a todos los que habeís seguido esta historia todo este tiempo, y también a los que apenas vais llegando.
Cuando termine Gitty, sin duda haré uno o dos capítulos sobre vistas a futuro de los personajes, más sobre el Yoonmin en la universidad y sus tiempos jóvenes y también cuando sean adultos.
Espero que os haya gustado,
infinitas gracias por ser parte de esto.
Os quiere,
Jess.
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Gitty [myg + pjm]
FanficJimin era apenas un niño cuando descubrió que podía hablar con los gatos, pero acabó repudiando aquella habilidad con el tiempo. Diez años después, un chico nuevo aparecería en su vida para cambiarlo todo: Min Yoongi, un solitario cambiaformas. ════...