𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 1

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[Narra Takashi Mitsuya]

Me encontraba caminando hacia el área en donde estudiaba mi hermana Amanai Mitsuya, probablemente de nuevo este entreteniendo a toda una clase contando una historia que leyó.

Llegue a la puerta que daba a su salón para comprobar lo que venía pensando, ahí estaba ella con sus cabellos platinados entreteniendo a todos con su simple forma de hablar y de contar las cosas.

Amanai: …y entonces adivinen que le paso a la pluma de aquella ave -sonrisa-

Mequede parado en la puerta observándolos a todos, la maestra por supuesto había notado mi presencia, pero volvió a mirar hacia los chicos.

XX: ¿un niño la encontró?

X: ¿se la llevo el viento?

Varios alzaron sus manos para responder, pero ninguno de ellos acertó en una respuesta correcta.

Amanai: la pluma se convirtió en el cetro del príncipe para que así él pueda defender su reino -sonrisa-

XXX: ooh que genial.

X: ¿sensei si encontramos una pluma podría ser un cetro?

Sensei: quien sabe -sonrisa-

Minutos después sonó el timbre para anunciar que había terminado la semana de estudios.

Mitsuya: Ame-chan nos vamos.

Amanai: ya voy.

Sensei: cuídense todos, hasta la próxima semana.

Salimos de la institución caminando a casa, en ello vi la forma particular en la que Ame caminaba.

Mitsuya: ¿te lastimaste el tobillo?

Amanai: no...

Soltó una risilla y corrió un poco hasta quedar frente a mi.

Mitsuya: estás traviesa hoy ¿no?

Amanai: ya sé que quiero ser de adulta -sonrisa-

Mitsuya: ¿qué cosa?

Amanai: modelo, caminar por pasarelas luciendo ropas extravagantes y llamativas.

Mitsuya: ¿en serio pequeña?

Amanai: seguro, además tú serás mi modista y yo me encargare de lucir lo que hagas -sonrisa-

Mitsuya: ¿por eso practicas tu caminata?

La niña me respondió con un movimiento de cabeza afirmando que lo que había preguntado era cierto.

Mitsuya: Ame, hoy no te molestaron por tu cabello?

Amanai: hmm no, no vinieron los que me molestaban.

Mitsuya: me alegra escuchar eso.

Seguimos hablando un poco más hasta quedar a unas pocas calles de nuestra casa.

Mitsuya: entonces no me puedo casar sin que tu aceptes a mi novia?

Amanai: no, si me cae mal no la dejare entrar a la casa y no te dejare salir con ella.

Mitsuya: pero entonces tu tampoco saldrás con ningún chico.

Amanai: ¿por qué?

Mitsuya: porque soy celoso y tú eres mi hermanita -sonrisa-

Amanai: quiero casarme con alguien que tenga dinero.

Enarqué una ceja ante lo que había dicho recién.

Mitsuya: ¿dinero?

Amanai: como seré modelo ganare mucho dinero y no quiero tener a un hombre que se aproveche de mí, por eso si me caso con alguien que tiene dinero, el usara el suyo y yo el mío.

Ocho años tiene mi hermana, solo es un año menor que yo y tiene pensado no aceptar a algún hombre que es menos que ella, no sé muy bien si sentirme orgulloso de ella o si aterrarme por su forma de pensar...

Mitsuya: para que usarías tanto dinero?

Amanai: para comprarme una mansión, adoptar gatitos y viajar por el mundo.

Mitsuya: bueno, pero igual que me dijiste, no te vas a casar si a mí no me cae bien.

Amanai: eso no es justo.

La pequeña pareció ofenderse por eso por lo que simplemente despeine su cabello riéndome de la expresión que puso.

La pequeña pareció ofenderse por eso por lo que simplemente despeine su cabello riéndome de la expresión que puso

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Llegamos a la casa siendo recibidos con el olor de la comida al entrar en la puerta.

Amanai: Mamiii -sonrisa-

Mamá: cuidado princesa.

Amanai: ¿por qué? ¿Estás lastimada? ¿Te duele algo?

De fondo solo escuche la risa de nuestro padre, yo sabía que ocurría, pero a ella aún no se lo habíamos dicho.

Papá: tu madre está bien, no te preocupes.

Ame dejo a mamá para ir a sentarse en el regazo de papá, en efecto la niña de papi.

Amanai: ¿entonces que le pasa?

Mamá: al parecer pronto nos visitara la cigüeña.

Amanai: disculpa, pero sabes que sé que eso es mentira -risa-

Mitsuya: ¿en serio pensaron que se tragaría ese cuento?

Papá: la verdad no, pero fue divertido intentarlo -risa-

Amanai: Tashi y yo vamos a tener un hermanito?

Mamá: así es mi amor.

Amanai: ¿me van a seguir queriendo a mí?

Papá: siempre -sonrisa-

Esta niña es una melosa, se pega como chicle a papá y no lo quiere soltar ni cuando él se tiene que ir de viaje a trabajar.

Cenamos calmadamente esa noche sentados en el sofá viendo alguna película, Ame se terminó durmiendo sobre una de las piernas de papá por lo que tuvieron que llevarla cargando a la habitación.

Mamá: buenas noches a ambos -sonrisa-

Compartíamos habitación y no era ninguna molestia para alguno de los dos, cada quien tenía su armario, escritorio en donde guardar sus cosas.

Al apagar las luces lo que se podía ver en aquella habitación eran las estrellas, constelaciones y planetas que estaban pegados por el techo además de algunas partes de las paredes, todo esto se iluminaba en la oscuridad.

No era un capricho de Amanai, sino que era algo de cuando yo era más pequeño, tenía fascinación por ello ya que era algo realmente bello de apreciar.

Amanai: ¿nii-san puedo dormir contigo?

Su voz en estado somnolienta era muchísimo más suave que la normal por lo que no podía decirle que no.

Mitsuya: ven, trae tu almohada.

Diez minutos después de que se había acostado a mi lado, esta parecía un koala abrazándome; desde que era bebé nunca se dormía si no podía abrazar algo, una almohada, un peluche o una persona, le daba igual, pero tenía que abrazar algo.

No tardo mucho para que a mí también me inundara el sueño y sin más me termine durmiendo ahora yo también abrazándola a ella.

𝑵𝒊𝒈𝒉𝒕𝒔 𝒊𝒏 𝑹𝒐𝒑𝒑𝒐𝒏𝒈𝒊 - [𝘛𝘰𝘬𝘺𝘰 𝘙𝘦𝘷𝘦𝘯𝘨𝘦𝘳𝘴]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora